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Cae una trama que importaba coches de lujo siniestrados para repararlos a costa del seguro y luego revenderlos

La Guardia Civil y la Agencia Tributaria han desarticulado una trama, asentada en Burgos y Valladolid, que importaba coches de lujo que habían sufrido accidentes en otros países de la UE para simular que había sufrido los siniestros en España, algo que hacía para que el seguro pagase la reparación y poder revender luego los automóviles.

Según informó este viernes el Instituto Armado, en la ‘operación Imericia-Taglitoba’ se ha procedido a la detención de 14 personas y a la intervención de 14 vehículos de alta gama.

A los detenidos se les atribuye los delitos, en diferente grado de participación, de pertenencia a organización criminal, estafa agravada, falsedad documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales. Igualmente, se les acusa de blanqueo de capitales, ya que el beneficio económico conseguido a través de la actividad delictiva lo reintroducían en el circuito económico legal a través de la adquisición y venta de nuevos vehículos.

La organización, incrementaba los beneficios mediante la falsificación de los documentos y la defraudación de impuestos pudiendo haber estafado más de 100.000 euros a varias compañías de seguros, y defraudado a la Hacienda Pública en torno a 500.000 euros.

MUCHOS ERAN SINIESTRO TOTAL

Las investigaciones comenzaron cuando los agentes recibieron una denuncia de una compañía aseguradora, en la que informaba de un posible fraude mediante partes de accidente con vehículos de lujo que portaban matrículas temporales de empresa.

Las pesquisas permitieron determinar la existencia de una red, asentada en Burgos y Valladolid, dedicada a la importación de vehículos de alta gama siniestrados que simulaban accidentes de tráfico en nuestro territorio para que la compañía de seguros pagase las reparaciones.

La red adquiría los vehículos de lujo siniestros en otros países de la UE, (muchos declarados siniestro total). Para ello, comprobaban que no constasen daños en el aplicativo informático de la marca del vehículo, aprovechando que dos miembros de la organización eran propietarios de un concesionario oficial ubicado en Valladolid.

Una vez que introducían los vehículos en nuestro país, y valiéndose de la cobertura de pólizas de seguro ‘a todo riesgo’ de empresas de compra-venta, simulaban accidentes de tráfico para que la compañía aseguradora se hiciera cargo de los cuantiosos costes de reparación. Para ello, la organización contaba con el apoyo de un perito.

Posteriormente, los vehículos eran reparados en talleres multimarca propiedad de miembros de la organización y se trasferían al concesionario oficial ubicado en Valladolid, a través del cual se vendían a terceros de buena fe con garantía de la marca, sin que quedase constancia de la existencia del siniestro.

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