Los representantes sindicales esperan ser convocados pronto por la dirección de la nueva CaixaBank para conocer los detalles del proceso de reestructuración que la entidad pondrá en marcha como consecuencia de la operación de fusión por absorción de Bankia.
El consejero delegado del grupo resultante, Gonzalo Gortázar, anunció recientemente que empezarían las conversaciones con los sindicatos a la vuelta de Semana Santa para analizar los solapamientos de plantilla.
No obstante, tras no haber sido convocados de forma oficial por ahora, los representantes de los trabajadores estiman que el primer contacto tendrá lugar ya a mediados de abril, entre los días 12 y 16 del mes, según fuentes sindicales consultadas por Europa Press.
El nuevo banco ya tiene los trabajos prácticamente finalizados, aunque los detalles del proceso de integración de personal se abordarán primero con los sindicatos. Además, su intención es no acometer un proceso traumático, sino bajo los criterios de voluntariedad y meritocracia, independientemente de la entidad de procedencia.
La nueva entidad bancaria tiene prisa por cerrar estas negociaciones, que entiende que podrían darse por finalizadas en el segundo trimestre del año, teniendo así este capítulo resuelto lo antes posible.
Ante esta situación, los sindicatos ya han advertido sobre la importancia de que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) contemple indemnizaciones atractivas, salidas no traumáticas, prejubilaciones, voluntariedad total y alargamiento de los plazos.
También avisan de que con la participación del Estado en el nuevo grupo, que será del 16,1%, no se puede correr el riesgo mediático ni reputacional de crear un clima de conflicto con la plantilla a la hora de negociar el ERE.
Según cálculos realizados por el profesor de EAE Business School Ricardo Zion, unos 8.000 empleados podrían abandonar la nueva CaixaBank tras la absorción de Bankia, cifra que se aproxima a los 8.400 empleados mayores de 50 años que ambos bancos tienen.