Caixabank justifica el ERE en su Junta «para anticiparse al futuro»

El presidente de Caixabank, Jordi Gual, y el consejero delegado, Gonzálo Gortázar, defendieron este viernes el ajuste de red y plantilla propuesto a los sindicatos y que supondrá la salida de 2.157 trabajadores en la necesidad de mejorar la rentabilidad de la entidad y encarar el escenario de competencia creciente y prolongados tipos bajos.

“Podemos ser los mejores del mercado, pero si no tenemos una eficiencia en costes no vamos a poder mantener esos niveles de servicios”, expresó Gortázar durante la celebración de una junta de accionistas que estuvo marcada por las protestas contra el ERE. En la calle se movilizaron más de 200 trabajadores convocados por los sindicatos, cuyos representantes intervinieron en la Asamblea para manifestar su rechazo y anunciar su voto en contra de la reelección de Gortázar como consejero, del balance de gestión de 2018 y de la política de remuneración e incentivos incluída en el orden del día.

Varios responsables de los sindicatos reprocharon a la directiva del banco querer reducir costes a costa de la plantilla que hizo posible que el banco lograse casi 2.000 millones de euros en beneficios durante el pasado ejercicio y mejorase su rentabilidad, cuestionando al consejero delegado por la decisión.

«Es preciso anticiparse», argumentó en el turno de respuestas el presidente de Caixabank, quien justificó la decisión en la «enorme presión competitiva» en la que está inmersa la banca por unos tipos de interés «inauditos», cercanos a cero, y un crecimiento de volúmenes de negocio «inexistentes», además del desafío que plantea la digitalización y los requerimientos regulatorios. «Es indudable que debemos reaccionar a estos retos» para garantizar el futuro, zanjó, añadiendo que «el éxito de la rentabilidad -logrado el pasado año- no garantiza el futuro».

El banco elevó la rentabilidad sobre activos tangibles RoTe al 9,3% el pasado año, muy por encima del 4% que tenía durante el año 2009, pero indicó que es preciso aumentarla aún más porque dicha ratio «supone aproximadamente lo que exige la comunidad inversora». «Es obligación» mejorarla, insistió Gual, «para asegurar la continuidad del banco, su adecuada capitalización» y continuar con la generación de empleo, renta y riqueza.

Frente a las críticas directas de los sindicatos al consejero delegado, Gual las calificó de «injustas e infundadas» y afirmó que Gortázar es un ejemplo de «entrega total y dedicación», que ha «mostrado gran capacidad» para la labor que ocupa y que cuenta con el apoyo total del consejo y la mayoría de accionistas.

A su juicio, ha afrontado «con valentía esta anticipación al futuro que es tan necesaria». «Sería inaceptable por su parte y del consejo no hacer nada» ahora que comienza el nuevo plan estratégico para garantizar su cumplimiento, zanjó, defendiendo además como justas y «apropiadas» las retribuciones asignadas tanto al consejero delegado como al equipo directivo.

Por su parte, Gortázar explicó que la rentabilidad lograda en 2018, que reconoció que es fruto del esfuerzo de la plantilla, es «el mínimo de la banda razonable para una entidad financiera» lo que obliga a mejorarla. «Necesitamos ser realistas y las condiciones en las que se encuentra el sector financiero son complejos», emplazó, indicando que es preciso acometer esfuerzos «grandes» para incrementar los ingresos y bajar los costes.

«La eficiencia es absolutamente necesaria y fundamental para que la entidad prospere», atienda bien al cliente y los empleados puedan «ser remunerados adecuadamente», valoró.

El plan estratégico 2019-2021 aprobado por la entidad y que ambos ejecutivos detallaron a los accionistas prevé elevar la rentabilidad sobre activos tangibles RoTE por encima del 12% desde el 9,3% actual, subir el capital de máxima calidad CET1 al 12% y construir adicionalmente otro colchón del 1% para cubrir regulaciones solo anunciadas hasta ahora o elevar los ingresos a un ritmo del 5%.

Para encarar los nuevos hábitos del consumidor y mejorar la comercialización con servicios de asesoramiento el banco prevé duplicar sus megaoficinas Store con horarios de atención por la tarde en esos tres años, hasta alcanzar las 600, pero también clausurará más de 700 y de ese proceso se derivará el ajuste de plantilla que los sindicatos quieren mitigar o reducir su impacto.

RETRIBUCIÓN AL ACCIONISTA

A pesar del desafiante escenario planteados, el presidente de Caixabank garantizó «una rentabilidad activa” a los accionistas, “incluso si el entorno sigue con tipos bajos”.

La hoja de ruta plantea elevar el ‘payout’ o beneficio distribuible a una horquilla de entre el 50 y 60% durante este año con la entrega de 0,10 euros en efectivo frente a los 0,07 euros desembolsados el año previo y que supuso distribuir el 51% del resultado.

Ambos directivos descartaron mejorar la remuneración con entrega de acciones. El presidente del banco lo justicó en que la banca y la entidad se encuentra aún en un entorno regulatorio muy exigente en materia de capital, donde Caixabank se ha propuesto además hacer una hucha extra por una cuota equivalente al 1% del capital CET1 para anticiparse a futuros requerimientos.

Gortázar defendió a su vez que la política de retribución al accionista es «más generosa» que la existente en el sector y que se abone en metálico es «lo más representativo de la buena marcha de la sociedad».

Los accionistas finalmente aprobaron todos los puntos del orden del día, pese al voto en contra de las acciones compiladas por los delegados sindicales.