Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Caixabank mejora su beneficio un 17,8% hasta los 1.985 millones

Caixabank registró un beneficio atribuido de 1.985 millones de euros el pasado año, lo que supone un 17,8% más respecto al ejercicio previo gracias a la mayor aportación del banco portugués BPI, la fortaleza de los ingresos y la reducción de las dotaciones.

Solo en España el resultado sumó 1.605 millones, con un crecimiento interanual del 6,4%, detalló el banco presidido por Jordi Gual y cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Por su parte la contribución a resultados del negocio de BPI en Portugal alcanzó los 262 millones frente a 104 millones en el ejercicio 2017, y si se tiene en cuenta la aportación de las participadas de la filial lusa, ascendería a un total de 380 millones (176 millones en el ejercicio 2017).

La buena marcha del beneficio de grupo se traduce en una rentabilidad para el grupo medida en Rote del 9,3%, en línea con su objetivo del Plan Estratégico para 2018 del 9%-11%.

La cuenta mejora todos los márgenes apoyada en un aumento del 4,2% en los ingresos ‘core’, que ascendieron a 8.217 millones, y ahorros en dotaciones pese a la «decisiva» reducción de los activos problemáticos, en adjudicados y dudosos, que permitió bajar el ratio de morosidad del 6% al 4,7%.

El banco considera negocio core al generado en el margen de intereses -producto de dar créditos y captar ahorro en depósitos de clientes-, la recaudación por comisiones, e ingresos del negocio de seguros, puesta en equivalencia de SegurCaixa Adeslas y las participaciones de BPI Bancaseguros.

En lo que se refiere a actividad, la entidad elevó un 0,3% el crédito bruto a la clientela, hasta los 224.693 millones, con un impulso del 19% en la financiación al consumo, del 6% en la financiación a empresas, pero una caída aún del 2,3% en los saldos hipotecarios por el proceso de desapalancamiento de las familias.

GANA CUOTA DE MERCADO

En recursos de clientes el patrimonio crece un 2,6%, hasta los 358.482 millones, pese a la mala evolución de los mercados. Aquellos gestionados en balance subieron un 4,8%, con alzas del 9,8% en el ahorro a la vista, mientras que los activos bajo gestión disminuyeron un 2,7%, afectados por el desplome del mercado.

La entidad subrayó que sigue reforzando su liderazgo en fondos de inversión, con una cuota del 17%; en planes de pensiones, donde alcanza una participación en el mercado del 24,1%, y en particulares, con el 29,3% de penetración (un 1,1 punto porcentual más).

Una evolución que ayudó al margen de intereses a crecer un 3,4% interanual, también gracias a la mejora de la rentabilidad del crédito, la intensa gestión de la financiación minorista y el ahorro en los costes de la financiación institucional, indicó el banco.

Por su parte los ingresos por comisiones alcanzaron los 2.583 millones, un 3,4% más, permitiendo al margen bruto aumentar al 6,6% y dicha expansión se amplió al 12,7% en la línea del margen de explotación.

El negocio de las participaciones contribuyó con 54 millones de ganancias, aún estando impactado por el resultado negativo de 453 millones derivado del acuerdo de venta de la participación en Repsol; y los ingresos procedentes del total de la cartera de participadas se situaron en 972 millones.

Bajo esta última rúbrica incluye la aportación de dividendos, básicamente de Telefónica, y los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación, como Erste Bank, SegurCaixa Adeslas, BFA -el banco angolés suma 51 millones en aportación neta- y Repsol.

En la parte baja de la cuenta los gastos de administración y amortización recurrentes crecieron un 3,7%, un ritmo inferior al de los ingresos core y que le permitó mejorar su ratio de eficiencia hasta el 52,9%.

La tasa de morosidas se redujo a su vez al 4,7% desde el 6% con que concluyó 2017; después de haber bajado los saldos dudosos hasta los 11.195 millones, con una dismución en la exposición de 3.110 millones en el año, gracias a la gestión activa y venta de carteras. Su ratio de cobertura subió al 54%.

Dentro del ejercicio de ‘limpieza’ Caixabank acordó la venta de Servihabitat y de su negocio inmobiliario a una nueva compañía propiedad en un 80% de Lone Star y donde conservará el 20% restante.

Tras esta transacción, la cartera de adjudicados netos disponibles para la venta se situó en 740 millones, reduciéndose la exposición en hasta 5.138 millones en el año. En total vendió además inmuebles, al margen de la operación con Lone Star, por valor de 2.060 millones, un 28% más.

Y gracias a este esfuerzo pudo reducir un 66,8% el esfuerzo de provisiones respecto al año 2017, hasta los 567 millones.

Por su parte y en cuanto a solvencia la ratio de máxima calidad CET1 fully loaded del grupo CaixaBank acabó el año en el 11,5%.

{DF} +Leídas