Actualmente, en España, ya hay un 79,42% de la población que cuenta con la vacunación completa contra el COVID-19, más de 37 millones de ciudadanos. Sin embargo, un aspecto que debe tenerse muy presente es que, pese a haber recibido la pauta completa o a haber pasado la enfermedad, las personas pueden seguir contagiándose y propagando el virus entre su círculo de personas más cercano.
Esta realidad hace que las medidas de prevención aún continúen estando vigentes, como por ejemplo el uso de la mascarilla y la realización de test COVID. Cada vez queda menos para la llegada de las festividades navideñas y con ellas las reuniones con grupos numerosos de amigos y familia, situaciones para las que sería muy recomendable realizarse un test COVID para asegurarse de que se es negativo.
En centros médicos especializados como el Centro Médico Bravo cuentan con profesionales especializados en el área epidemiológica y los equipos indicados para la realización de los test COVID-19, que permitirán detectar a tiempo posibles contagios y evitar que se extienda la propagación.
¿Por qué es importante que los pacientes vacunados se realicen un test COVID-19?
El virus COVID-19 ha causado grandes daños en la sociedad actual y aún se viven sus consecuencias. Aunque hoy en día las instituciones y gobiernos han avanzado en la fase de vacunación, los estudios confirman que una persona ya inmunizada puede seguir contagiando a su entorno, a pesar de no mostrar ningún síntoma severo.
En este sentido, los tests COVID siguen siendo la mejor herramienta para detectar a tiempo la incubación del virus y frenar su propagación. Mientras no se haya cumplido la inmunidad total en la población mundial, las personas que tengan síntomas o que hayan estado en contacto con algún contagiado de COVID-19 deberán seguir haciéndose el test para corroborar así cuál es su estado de salud.
Los diferentes tipos de test que pueden hacerse las personas inmunizadas
El Centro Médico Bravo se ha especializado en la realización de diferentes pruebas diagnósticas para la detección del virus COVID-19. El test llamado serológico rápido, científicamente conocido como la inmunocromatografía, está diseñado para obtener el resultado en 30 minutos y detecta con facilidad la presencia o no de anticuerpos, revela si se ha pasado la infección o si todavía existe una carga viral en el sistema inmunológico.
Los tests que se realizan utilizando como muestra la mucosa son el antígeno molecular y la PCR. Para la primera se toma la muestra de la parte interna de la nariz, que es posteriormente sometida a un proceso de evaluación, donde se indica si existe o no la presencia del virus en el conducto respiratorio, respuesta que se puede obtener en solo 20 minutos. La prueba PCR alerta de la presencia del virus del RNA (ácido ribonucleico) en un plazo algo mayor, entre 6 y 24 horas.
La elección de la prueba a aplicar dependerá de la fase en la que se supone que se encuentra el virus. El test serológico servirá para corroborar que se ha acabado con la enfermedad, mientras que la PCR y la prueba de antígenos se aplica cuando existen síntomas o alguna leve sospecha de haber entrado en contacto con algún contagiado o, naturalmente, si se quiere viajar o etc.