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Champions | El Real Madrid se atasca en Lille

El Real Madrid sufrió este miércoles la primera derrota de la temporada tras caer por 1-0 ante el Lille en la segunda jornada de la fase de liga de la Champions, después del gol de penalti de Jonathan David por mano de Eduardo Camavinga, en un duelo al que nunca se conectó un flojo campeón de Europa, mientras los franceses gozaron de las opciones más claras con un planteamiento tan sólido como valiente.

Con Mbappé en el banquillo, el 15 veces campeón de Europa, con el desgaste del derbi, vivió en Lille su peor partido de la temporada, muy atascado en la construcción y sin la pegada que, cuando lo otro falla, aparece. En esta ocasión no fue así, y el Lille demostró más viveza e interpretó mejor las diferentes situaciones del partido. Además, aunque pudieron hacer algún más, se encontraron con un penalti por mano de Camavinga tras una falta en la frontal, y David convirtió el único tanto del partido.

Primera derrota del vigente campeón, que se pone decimoséptimo en esta ‘nueva’ Champions con res puntos, y corta su racha en este inicio del curso de diez encuentros sin perder. Además, no conocía la derrota en su competición fetiche desde mayo de 2023. La falta de creatividad e intensidad condenaron a los blancos, sin capacidad para reaccionar en toda la segunda mitad.

El encuentro arrancó sin un dominador claro y con el Real Madrid asentado con Endrick como único punta y en la sólida dupla Tchouaméni-Camavinga, que se estrenaba este año. Los de Carlo Ancelotti golpearon primero, fruto de un esfuerzo en defensa de Bellingham que recogió Vinícius, pero su disparo raso y duro al palo corto lo atrapó un seguro Chevalier.

Fue el único zarpazo de un Madrid muy dócil y sin profundidad, con apenas movilidad y demasiado plano. A ‘Vini’ le costaba entrar en juego, mientras Bellingham mandó al limbo una ocasión clara desde la frontal. Solo Endrick parecía tener más ritmo y en una prueba de su potencia superior se metió casi en el área pequeña dejando a tres rivales atrás para disparar al muñeco. Primer gran susto de los blancos al Lille.

Pero los franceses no perdieron su atrevimiento, intentando ser protagonista y probando a un Andriy Lunin que llegaba al encuentro sin disputar ni un solo minuto esta temporada. Pero demostró estar preparado con dos grandes paradas consecutivas de valor gol, en los peores minutos de los madridistas de esta primera mitad.

El Real Madrid vivió los últimos minutos de la primera parte corriendo detrás del balón y armado detrás de la pelota, con un Bellingham desaparecido, pese a un Ancelotti que se desgañitaba en la banda pidiendo que las jugadas pasaran por sus botas. Mientras, los franceses a lo suyo, cada vez más cerca de la portería defendida por Lunin, quien vio como un esférico golpeado por André tocaba el larguero.

Aunque la peor noticia para los de Ancelotti llegó rozando el descanso en forma de penalti por mano de Camavinga, tras un lanzamiento de falta desde la frontal. El árbitro, revisión con el VAR mediante, no dudó al ver que el balón golpeó claramente el brazo de Camavinga, y tampoco falló un Jonathan David que no faltó a su cita con el gol. Era el quinto en los últimos tres partidos.

Jarro de agua fría para el conjunto merengue, que mostró otra cara en el inicio de la segunda mitad, ya con Fran García sustituyendo a Ferland Mendy. A Ancelotti no le gustó la primera parte y puso a calentar a Luka Modric y Kylian Mbappé, raro en el proceder con los cambios del italiano. Pese a la mejor actitud del Real Madrid, el Lille no mostró nerviosismo y, de hecho, gozó de la primera gran ocasión de Edon Zhegrova con un disparo desde la derecha que rozó el palo.

La ansiedad y la necesidad se trasladó del campo al banquillo, con Ancelotti dando entrada a Modric y Mbappé antes del minuto 60 en un mensaje claro para que su equipo despertara y encontrara el camino para darle a vuelta al partido. Con más riesgos y el Madrid más volcado el Lille pasó al modo contragolpe y volvió a disfrutar de una gran oportunidad de matar el partido, pero David la mandó fuera ante Lunin.

El reloj corría en contra del Real Madrid, que seguía sin encontrar el juego fluido y vivía muy lejos de la portería defendida por Chevalier. El balón parado era el único refugio para un Real Madrid al que no agitó la entrada de Mbappé y Modric. Siempre abonado a la épica, los madridistas apelaron al coraje y el esfuerzo que siempre aparecen.

Con esos ingredientes, el 15 veces campeón de Europa disfrutó de cuatro ocasiones prácticamente seguidas en las que Chevalier se hizo grande, ya con el Lille muy atrás y con el Real Madrid embotellándolos. La más clara al final fue para Güler, pero su remate sin oposición dentro del área salió muy centrado. El final pudo ser peor para los blancos si el árbitro hubiera expulsado a Rüdiger, ya con amarilla, al agarrar y tirar a un rival con el balón lejos de la jugada.

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