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Claves para la búsqueda de empleo

Buscar empleo puede ser algo complicado y frustrante si no se tiene clara la forma eficiente de hacerlo.

Sin embargo, es habitual enfrentarse a la búsqueda del primer empleo o de una nueva oportunidad laboral, sin tener muy claro si lo que se está haciendo está sirviendo para algo.

Este artículo puede cambiar la perspectiva de aquellas personas que se encuentren en esta situación, porque se van a desvelar 10 de las claves que, según el libro La Oportunidad Que Te Mereces, son esenciales para realizar una búsqueda efectiva de empleo.

Gestión del cambio:

Para comenzar el proceso de búsqueda de empleo, ya sea la primera vez o se esté en transición, es muy importante ser consciente del propio estado emocional y tener en cuenta cuáles son los pensamientos, ideas y sentimientos sobre la situación que se está viviendo.

Antes de iniciar cualquier otra acción, es primordial abrir la mente y adoptar una actitud positiva que sea visible.

Autoconocimiento:

Conseguir un empleo es un proceso de venta en el que tanto el vendedor como el producto es uno mismo, y como en cualquier proceso de venta, es esencial tener un buen conocimiento del producto.

Aunque se piense que uno se conoce perfectamente, la percepción personal está sesgada por múltiples factores entre los que el Ego juega un papel importante.

Invertir un tiempo en detectar fortalezas y debilidades, habilidades destacadas y aquellas que tengan posibilidades de mejora, será un gran avance para alcanzar el objetivo.

Abandonar los complejos:

No se puede dejar que los propios complejos por edad, género, procedencia o situación socioeconómica generen limitaciones, el mundo está lleno de historias de superación que demuestran que los complejos son solo falsas limitaciones autoimpuestas.

Si bien es verdad que en los procesos de selección, en ocasiones se pueden encontrar personas que plantean barreras basadas en complejos y generalizaciones, se tendrán muchas más probabilidades de superarlos si uno mismo/a ha conseguido pensar en esos complejos como simples características y no como limitaciones.

El Plan Estratégico:

Tanto para un profesional con experiencia, como para el que busca un primer empleo, es básico analizar el perfil personal y profesional, contemplando cosas como; ¿Qué le gusta hacer?, ¿Qué sabe hacer?, ¿Por qué alguien podría estar dispuesto a pagarle?, ¿Cuáles son sus habilidades más destacables?, ¿Cuáles son las características personales que le definen?, etc.

Una vez que se tenga claro el perfil, llega el momento de definir el objetivo, identificando en qué sector o sectores de negocio podría aportar más valor, en qué posiciones laborales y cuál sería la aportación diferencial frente a otras personas que también podrían desempeñar la misma función.

Cuando se tenga bien definido el objetivo, hay que tomar papel y lápiz, y diseñar un plan en el que se detallen los siguientes pasos que se van a dar para alcanzarlo.

Gestionar el tiempo de forma consciente:

La búsqueda de empleo es en sí misma un trabajo, que exige una gran dedicación y puede llegar a absorber todo el tiempo disponible. 

Además, nunca se sabe cuanto tiempo se va a tardar en encontrar la oportunidad que se está buscando, por lo que hay que hacer una buena gestión del tiempo, incluyendo las tareas del proceso de búsqueda de empleo dentro de la rutina diaria, pero sin descuidar ninguna faceta de la vida.

Imagen y marca personal:

Hay dos cosas que se deben cuidar con especial atención:

La primera es el currículum, porque en muchos casos será el documento que hará que los posibles empleadores quieran conocer al candidato o no.

No se va a decir aquí como hay que confeccionar el CV, porque ese no es el objetivo de este artículo, pero lo que sí que se recomienda es que sea lo más directo posible y que se redacte con empatía, pensando en la persona que lo va a leer y facilitándole al máximo la percepción de la información más relevante de un solo vistazo.

La segunda es la marca personal del candidato, porque marcará su reputación y será su “escaparate”, haciendo que los posibles empleadores le busquen. 

Mucha gente piensa que lo de la “marca personal” es solo para ejecutivos o profesionales liberales (abogados, médicos, consultores, etc.) pero que en otros trabajos no sirve para nada y tampoco hay posibilidades de trabajarla.

Nada más lejos de la realidad, solo hay que tomar como ejemplo a los limpiadores de cristales del Hospital Infantil de Pittsburgh. Ellos son gente “normal” que se dedican a limpiar cada día los cristales de las ventanas de un edificio, y, sin embargo, tienen la mejor imagen de marca que una empresa quisiera tener, conceden entrevistas, intervienen en anuncios, etc. (a quien le interese la historia, podrá encontrar numerosos artículos al respecto en la red).

Existen muchas formas de trabajar la marca personal, solo hay que encontrar la que mejor encaje con la personalidad y el entorno laboral. 

La búsqueda:

Se pueden utilizar métodos de búsqueda online (buscadores, plataformas de empleo, redes sociales, etc.) y offline (agencias de colocación estatales y regionales, anuncios, asociaciones profesionales, etc.), no hay que desechar ninguna fuente de información, porque la oportunidad que se está buscando puede llegar de la manera más inesperada. 

Sin embargo, en torno al 80 % de las ofertas de empleo no llegan a publicarse en ningún sitio, sino que utilizan sus redes de contactos o reclutadores para encontrar a los candidatos.

Por eso, es muy importante no solo que el entorno sepa que se está buscando empleo, sino moverse para generar nuevos contactos y practicar la autocandidatura.

Preparar la entrevista:

Cuando el candidato consigue que se fijen en él, empezarán a llegarle convocatorias para hacer pruebas o entrevistas. Ese es el momento de diferenciarse y demostrar que es la mejor opción.

Lo primero de todo es hacer los deberes, nunca ir a una entrevista sin conocer perfectamente los detalles de la empresa, su historia, el negocio al que se dedica, sus productos, su competencia, etc. Y de la posición a la que se ha presentado, las tareas que se realizan, lo que se pretende conseguir desde esa posición, las habilidades y competencias que requiere, etc.

Cuanto mejor preparado se vaya a la entrevista más tranquilo/a estará y podrá demostrar mayor seguridad.

Gestionar el resultado y adaptarse:

Generalmente, no se encuentra la oportunidad laboral que se busca a la primera, sino que se trata de un “camino” que requiere tiempo, trabajo y adaptación.

Cada uno de los procesos de selección en los que se participe, le pondrá más cerca de alcanzar el éxito, porque se podrán ver directamente las demandas del mercado y hacer lo necesario para adaptarse a ellas.

Al final de cada proceso, si no le han seleccionado, no hay que olvidar agradecer el tiempo a las personas que han interaccionado y pedirles feedback, de tal forma que se puedan conocer qué razones han hecho inclinar la balanza hacia otro candidato.

Valorar el autoempleo:

Trabajar por cuenta ajena tiene algunas ventajas, pero también limita.

Si se sabe hacer algo por lo que otras personas estarían dispuestas a pagar, se tienen los conocimientos, la experiencia, pero sobre todo la inquietud de generar algo nuevo y se está dispuesta/o a invertir tiempo, trabajo y dinero en uno mismo, probablemente se trate de un emprendedor.

El autoempleo es una forma de reducir la dependencia laboral de terceros y en algunos casos puede ser la opción de trabajo más rentable, pero también es la que más “riesgo” implica y, por tanto, hay que evaluar detenidamente las posibilidades y elaborar un plan de negocio que no deje lugar al fallo.

Estas y otras claves son detalladas en el libro La Oportunidad Que Te Mereces, en el que se podrá encontrar cómo preparar la estrategia, métodos eficaces de búsqueda, marca personal, confección de un CV eficaz, así como utilizar técnicas de gestión del tiempo y preparación de pruebas y entrevistas.

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