La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aceptado el cierre dos centrales de la red de cobre de Telefónica, en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y en Torrelodones (Madrid).
Estas son las primeras centrales que dejarán de utilizarse, sustituidas por la red de fibra óptica, según explicó este jueves el organismo en un comunicado.
Desde la CNMC señalaron que el despliegue de redes de nueva generación basadas en accesos de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) tiene como consecuencia «un uso cada vez menor de las centrales de pares de cobre».
En 2009, la desaparecida Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) aprobó las condiciones en las que autoriza a Telefónica el cierre de centrales.
Estos requisitos garantizan un «equilibrio» entre la renovación tecnológica de la red y la protección de las inversiones de los operadores realizadas bajo un cierto entorno regulatorio, destacó la CNMC.
Bajo estas condiciones, Telefónica únicamente puede proceder a cerrar una central cuando más del 25% de los clientes cubiertos por esa central se conecten por medios alternativos a la red de cobre (como FTTH).
Asimismo, la compañía debe seguir prestando servicios de acceso mayorista al bucle en la central durante 5 años si hay operadores coubicados. Si no los hay, este período de garantía se reduce a un año.
En el caso de las dos centrales de Sant Cugat y Torrelodones, se trata de centrales pequeñas y sin operadores coubicados. Por lo tanto, Telefónica únicamente deberá seguir prestando servicios de acceso mayorista al bucle durante el período de un año, hasta mayo de 2015.
Existen en España 8.800 centrales, de las que un 10% cuenta con cobertura FTTH. En agosto de 2014 se registró 1,1 millón de líneas de FTTH contratadas, un 9% del total de líneas de banda ancha.
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