¿Cómo actuar ante una emergencia sanitaria con un bebé?

Nutribén da las claves para llevar a cabo los primeros auxilios del recién nacido de la mano de la matrona Carla Quintana @matronaparam.

La llegada de un bebé es un momento de alegría y emoción para cualquier familia, pero también supone una serie de responsabilidades y ciertas precauciones en lo relativo a la salud y el bienestar del nuevo miembro de la familia. De ahí que conocer y aplicar primeros auxilios de forma correcta, en determinadas situaciones de emergencia, pueda resultar crucial para salvar la vida de un recién nacido.

Los bebés son seres hípervulnerables ante situaciones de riesgo como la asfixia, las intoxicaciones, la fiebre alta, las lesiones accidentales o las alergias e intolerancias, de ahí que, una intervención rápida y adecuada por parte de sus cuidadores, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, un hecho anecdótico o complicaciones futuras. 

Según datos de la Asociación Nacional de Pediatría, el 80% las emergencias pediátricas ocurren en el hogar, lo que apoya la necesidad de que las familias estén preparadas para actuar de inmediato. Nutribén, como especialista en alimentación infantil y fiel compañero en estos primeros años de vida, te da las claves para llevar a cabo los primeros auxilios del recién nacido de la mano de la matrona Carla Quintana @matronaparami.

¿Qué debe incluir el botiquín de emergencias doméstico?

Preparar un buen botiquín es el primer paso para atender las emergencias que puedan surgir en el día a día. Debe estar compuesto de:

Gasas y tiritas para posibles heridas.

Gel hidroalcohólico (para los adultos que tengan contacto con el bebé).

Suero en monodosis, tiene multitud de utilidades.

Clorhexidina, el antiséptico indicado para desinfectar las heridas de los niños.

Termómetro. El de galio es el más exacto, seguido del digital, que resulta el más rápido.

En el botiquín de un recién nacido no debemos añadir nada de medicación, ya que si es menor de 3 meses y tiene más de 38 °C se debe acudir al pediatra.

¿Cuáles son las emergencias más comunes y cómo actuar?

Golpes en la cabeza

Este tipo de accidentes suele ser una de las consultas más comunes en las urgencias de pediatría. La caída desde cambiadores, la cama, o el sofá resulta más habitual de lo deseado, si se produce desde más de un metro de altura se considera de alto riesgo. Ante cualquier caída de un menor de 3 meses, es importante prestar atención a los siguientes signos:

Pérdida de consciencia tras el golpe, aunque sea poco rato.

Llanto inconsolable.

Sangrado por la nariz o el oído.

Movimientos o comportamientos extraños.

Somnolencia excesiva.

Vómitos.

Herida abierta.

Convulsiones febriles

La fiebre alta siempre es un motivo de consulta y alerta por parte de los cuidadores, pero es importante saber que las convulsiones febriles no se producen por tener una temperatura corporal muy elevada, sino por las subidas y bajadas repentinas.

Se suelen dar entre los 6 meses y los 5 años, no tienen una duración de más de 5 minutos, y no tienen secuelas, pero sí son un motivo de alarma. Para mantenerlas bajo control y evitar lesiones durante la misma, es fundamental saber cómo actuar ante estos episodios:

Controlar el tiempo que dura la convulsión.

No introducir nada en la boca del bebé.

Evitar zarandear o sujetar con fuerza al bebé, únicamente hay que protegerlo para que no se haga daño.

Aflojarle la ropa.

Si es posible colocar al bebé de lado, si no lo permite la convulsión, hacerlo cuando haya remitido.

Atragantamientos

Ante el inicio de la alimentación complementaria, el atragantamiento suele ser uno de los grandes miedos de los padres. Independientemente del método de alimentación que se siga, es importante saber que las arcadas y la tos, aunque asusten, son un mecanismo de defensa en el que no se debe intervenir, ya que el cuerpo está ayudando a gestionar el alimento. Si, por el contrario, el bebé deja de toser, no hay sonido, no llora con ruido y adquiere un tono azulado, se produce un atragantamiento, para el que debemos actuar de la siguiente manera, para menores de 1 año:

Colocar al bebé sobre tu brazo boca abajo, y dar cinco golpes entre las escápulas con el “talón” de la mano.

Dar la vuelta al bebé sobre el otro brazo y realizar cinco compresiones con dos dedos en la línea media del pecho, debajo del esternón.

Esta secuencia se puede repetir tantas veces como haga falta. Además, es igual o más importante conocer lo que no debemos hacer, ya que actuaciones como dar pequeños golpes en la espalda, poner al bebé boca abajo o introducir la mano en la boca se han popularizado, pero no solo no ayudan, sino que pueden ser contraproducentes.

Reanimación cardiopulmonar, RCP en niños

La reanimación cardiopulmonar (RCP) en niños es un procedimiento vital que varía significativamente respecto a la de los adultos, dado que las causas de paro suelen ser respiratorias en los primeros años de vida y cardiacas según avanza la edad. Ante una emergencia, se debe:

Comprobar que el niño está consciente, pedir ayuda y abrir la vía aérea con una posición neutral en menores de dos años.

Si el niño no respira, se inician cinco ventilaciones de rescate, seguido de 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones.

En bebés, las compresiones se realizan con los dedos pulgares, mientras que en niños mayores de 1 año se puede usar una o ambas manos (con la parte del “talón” de la mano).

Los ciclos de compresión y ventilación son de 30-2, aunque para personal sanitario se ajustan a 15-2.

Es crucial mantener este procedimiento hasta que lleguen los servicios de emergencia o el niño muestre signos de recuperación. Aunque puede haber temores de causar lesiones, como fracturas costales, es prioritario salvar la vida del niño y cualquier daño posterior podrá ser tratado.

Alergias

El mundo de las alergias es muy amplio e inevitable, ya que surgen por contacto. Las más comunes suelen ser las alimentarias, a la leche de vaca, las ambientales o a medicamentos. Aunque en muchos casos las reacciones son leves, algunas pueden poner en riesgo la vida del bebé, lo que hace fundamental saber identificar los síntomas y tomar las medidas adecuadas. Un enfoque proactivo del cuidador reduce las probabilidades de reacciones severas y garantiza la seguridad de los más pequeños.

Alergias más comunes:

Leche de vaca: el sistema inmunológico reacciona a las proteínas presentes en la leche de vaca. Los síntomas son diarrea, vómitos, irritación en la piel y dificultad para respirar.

Otros alimentos: se producen en el inicio de la alimentación complementaria, suelen darse al segundo o tercer contacto del bebé con el alimento, de ahí que sea muy importante la introducción de alimentos ordenada y escalonada. Las más comunes suelen ser el huevo, los frutos secos, el trigo o algunas frutas. Los signos más comunes son erupciones cutáneas, hinchazón de labios y lengua o malestar gastrointestinal.

Ambientales: el polvo, el moho, el polen y el pelo de mascotas suelen ser los principales desencadenantes. Los síntomas incluyen estornudos, ojos llorosos, irritación en la piel y secreción nasal.

Medicamentos: las reacciones pueden variar desde sarpullidos leves, hasta problemas respiratorios graves.

¿Cómo proceder?

Vigilar los síntomas: las señales de una reacción alérgica suelen ser variopintas e incluir diferentes síntomas como enrojecimiento de la piel, urticaria, vómitos, diarrea, irritabilidad, hinchazón de labios o cara, dificultad para respirar o llanto inconsolable.

Retirar el alérgeno y evitar el contacto con el bebé.

Consultar al pediatra.

En casos de emergencia se debe llamar a los servicios médicos oportunos.

¿Cómo apoyar la seguridad del bebé con una buena alimentación?

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