Evolve Academy hace una radiografía de cómo está la educación tecnológica hoy en día.
Y es que la manera de consumir tecnología en educación ha experimentado un cambio profundo y acelerado en los últimos años. En este sentido, desde Evolve opinan que “este cambio refleja no solo la evolución tecnológica, sino también una transformación significativa en las expectativas y demandas de los propios estudiantes y profesionales”. Y prosiguen “anteriormente, la tecnología educativa era percibida como un complemento ocasional. Las herramientas digitales se limitaban principalmente a recursos audiovisuales, presentaciones y plataformas básicas para almacenar contenidos. El aprendizaje seguía siendo mayoritariamente presencial, y la tecnología tenía un papel secundario, meramente de apoyo”.
Con la llegada de internet, y más aún con la pandemia de COVID-19, su apreciación del uso de la tecnología educativa se transformó radicalmente. La necesidad de trasladar la educación al entorno digital nos llevó a redescubrir el potencial de la tecnología, comprendiendo que no se trata solo de una herramienta, sino de un elemento fundamental en la creación de experiencias educativas más accesibles, flexibles y personalizadas, describen.
En este contexto, “hoy, percibimos que los estudiantes se han convertido en consumidores exigentes y activos. Ya no se conforman con recibir información pasivamente, sino que buscan experiencias educativas que puedan adaptar a su estilo de vida, intereses específicos y objetivos profesionales. Las instituciones educativas, conscientes de esta nueva realidad, han debido innovar constantemente, ofreciendo modalidades interactivas, plataformas digitales intuitivas y contenidos personalizados en tiempo real”.
Una mirada al futuro
Mirando hacia el futuro, desde Evolve prevén que esta tendencia hacia la personalización y flexibilidad se profundizará aún más. Tecnologías emergentes como la realidad virtual y aumentada permitirán a los estudiantes vivir experiencias de aprendizaje más inmersivas, prácticas y enriquecedoras. El microlearning, además, cobrará relevancia, adaptándose al ritmo acelerado del entorno laboral actual, ofreciendo formación constante, breve y específica.
En conclusión, su percepción es que el consumo de tecnología en educación seguirá evolucionando hacia un modelo cada vez más centrado en el estudiante como consumidor activo, empoderado y consciente de sus necesidades. Este cambio es reflejo de una sociedad en constante evolución, donde la tecnología educativa no solo responde a las demandas actuales, sino que anticipa y define la manera en que aprendemos y nos desarrollamos profesionalmente.