Los colegios electorales han abierto las urnas este miércoles en Corea del Sur donde unos 44,2 millones de votantes están llamados a elegir al sucesor del presidente social-liberal Moon Jae In, que no puede presentarse a la reelección tras cinco años en el cargo.
Según los sondeos, entre los dos favoritos la carrera por conseguir el poder está muy reñida. Por un lado se presenta el candidato del Partido Democrático –partido gobernante–, Lee Jae Myung y el candidato del conservador Partido del Poder Popular (PPP) es Yoon Suk Yeol, cuya victoria determinará otros cinco años de liderazgo liberal o un cambio a la derecha.
Más de 16 millones de personas, o el 36,93 por ciento, de un total de unos 44 millones de votantes registrados, ya depositaron sus votos en la votación anticipada del viernes y el sábado previos. La participación fue la más alta desde que se introdujo el sistema de votación anticipada en 2014, según ha informado la agencia surcoreana Yonhap.
En las elecciones de este miércoles, los pacientes con coronavirus y los que están en cuarentena han podido votar desde las 18.00 horas y las 7.30 horas (hora local), después del cierre de la votación regular.
Aunque se han presentado 14 candidaturas distintas, estos comicios hay dos principales candidatos que se han visto salpicados por diferentes escándalos durante la campaña.
Lee, de 57 años, exgobernador de la provincia de Gyeonggi, utilizó su experiencia en la Administración Pública para hacer campaña bajo el lema de un presidente pragmático que resolverá los temas tanto económicos como de Asuntos Exteriores. Además, en 2015, se sospechó que Lee estuvo involucrado en un caso de corrupción en la construcción de unos inmuebles en Seúl cuando era alcalde de esta ciudad.
Por su parte, Yoon, a sus 61 años y ex fiscal general, ha aprovechado una ola de descontento público contra la Administración del presidente actual para difundir un mensaje de justicia, sentido común y principios. Se enfrentó a acusaciones en las que se le relacionaba con chamanes y estuvo salpicado también por los escándalos de su esposa, Kim Keon Hee, quien fue acusada de aceptar sobornos antes de que Yoon lanzara su candidatura presidencial.
Las encuestas adelantaron una ligera ventaja para Yoon debido a su decisión previa a las elecciones de aliarse con Ahn Cheol Soo, candidato a la presidencia de la principal formación opositora de Corea del Sur, el Partido del Poder del Pueblo (PPP).
Muchos creen que la coalición ha aumentado las posibilidades de Yoon, pero otros han advertido que podría resultar contraproducente y motivar a más partidarios de Lee a votar.
Los índices de desaprobación de ambos candidatos y los escándalos han provocado lo que se ha denominado como la «elección desagradable».
Para la cuarta economía de Asia, las elecciones presidenciales tienen una enorme importancia. El ganador de las elecciones enfrentará desafíos como la desigualdad y el aumento de los precios de la vivienda en el país.
Moon Jae In no puede volver a presentarse a las elecciones tras cinco años en el cargo. Bajo el sistema presidencialista surcoreano, la práctica totalidad de las medidas pasan por manos del jefe de Estado. Está previsto que el sucesor de Moon asuma el cargo en mayo.
Las elecciones se producen en un periodo de tensión en Corea del Sur porque el vecino, Corea del Norte, ha realizado una serie de pruebas de misiles en enero, incluido el lanzamiento de un misil de medio alcance.