El envase es mucho más que el primer escaparate del producto. Su papel gracias a la I+D+i, a los avances introducidos en su diseño y a elección de los materiales, es cada vez más activo en todo el ciclo de vida de vida del producto, en particular en el reciclaje.
En el sector del packaging, solo en España, participan más de 1.500 empresas, con una facturación de 17.500 millones de euros al año y 73.000 trabajadores directos.
Los avances tecnológicos, algunos visibles para el consumidor y otros no, permiten prolongar la vida del producto y evitar el desperdicio alimentario, que son algunas de los retos a los que se enfrente la industria alimentaria. La tecnología aplicada a la fabricación del envase ha contribuido a la reducción de su peso y volumen, a mejorar la logística, facilitando el almacenamiento y transporte de productos y, en definitiva, a reducir las emisiones de CO2, mejorar la eficiencia y reducir los costes de toda la cadena.
El director general de la Plataforma Envase y Sociedad, organización que promueve la innovación y el papel del envase a lo largo de todo su ciclo de vida, Juan Quintana, defiende los beneficios sociales, económicos y medioambientales que aporta. “Los envases son cada vez más activos e interactúan con el producto con el objetivo de alargar su vida y evitar el desperdicio, además garantizan la óptima conservación de las propiedades del producto y su seguridad en todo momento, evitando amenazas bacteriológicas para el producto y riesgos ambientales por el vertido de productos”. Para ello, esta Plataforma ha puesto en marcha un ciclo de tertulias radiofónicas en colaboración con Gestiona Radio, sobre las diferentes etapas del ciclo de vida del envase.
Para Juan Quintana, “fabricantes y consumidores son cada vez más conscientes de que la responsabilidad ambiental ha de estar presente a lo largo de todo el ciclo de vida del envase y para ello es necesaria una apuesta firme por el residuo cero y por la reutilización de los residuos, incorporándolos de manera continuada al ciclo económico y limitando así el uso de recursos y el impacto sobre el medio ambiente”.
“Es el consumidor quien valida si el producto con el envase en concreto se va a seguir fabricando así o no. El envase tiene que ayudar a simplificar la vida del consumidor y cada vez valora más su contribución a la sostenibilidad, con productos fácilmente reciclables”, explica Remedios Aceña de Hispacoop (Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios).
Al tiempo que la tecnología permite al envase incorporar nuevas funciones que responden a estas demandas y a un consumidor cada vez más informado, la industria va introduciendo mejoras que lo hacen más inteligente y sostenible. A todo ello contribuyen las medidas de incentivo y fomento de la I+D+i impulsadas por el Gobierno y los planes de prevención y la legislación y objetivos establecidos por la Unión Europea, la eficacia del actual sistema de separación de residuos y reciclado y los sistemas de seguimiento.
Según Begoña de Benito, directora de Relaciones Institucionales y Empresas Adheridas de ECOEMBES, “España es uno de los 10 mejores países de Europa en materia de reciclaje de envases ligeros y de papel cartón, con un tasa del 71%, muy por encima de los objetivos europeos del 50% y eso es así en todos los materiales.”
Las múltiples funciones del envase
La sociedad actual no puede concebirse sin el uso de envases, cuyas funciones son diversas y fundamentales, de ahí la importancia de que todos los agentes que de una u otra forma intervienen a lo largo de todo su ciclo de vida contribuyan no solo a que los envases sean cada vez más sostenibles, sino a que sus funciones se adapten a las demandas y nuevos hábitos de vida del consumidor.
Paloma Sánchez, directora del Departamento Técnico y de Medioambiente de FIAB defiende que “La industria tiene que adaptarse a los consumidores que demandan cada vez más cosas, sobre todo tener la posibilidad de comprar el alimento envasado en cualquier formato y tamaño, en función de las necesidades familiares y que el envase preserve la seguridad, higiene y calidad de los alimentos”.
Su uso más intuitivo es el de funcionar como contenedor y posibilitar la medida, almacén y transporte. Pero el envase también protege al producto, al consumidor y al medio ambiente, ya que aísla el contenido de las amenazas del entorno.
Los continentes también cumplen una función informativa esencial de las características del producto y del modo de empleo. Esta información también facilita la trazabilidad, es decir el seguimiento de los productos, y garantiza su seguridad puesto que identifica el contenido, advierte sobre posibles peligros y evita la contaminación del producto.
Según Teresa Martínez, directora de Cicloplast “Los envases plásticos además de aportar versatilidad también aportan como ventajas ambientales ligereza que permite un ahorro de energía en el transporte y reducir la contaminación ambiental. Además los plásticos no acaban su vida útil cuando se convierten en residuos sino que depositados en el contendor amarillo serán reciclables al 100%. España es uno de los países líderes en reciclado de plástico. Estamos reciclando 1,2 de cada 2 el 57 % del total de los envases en nuestros hogares. Estamos dentro de los tres países líderes en reciclado de envases plásticos”.
Envases contra el desperdicio alimentario
Evitar y reducir al máximo el desperdicio alimentario es uno de los principales retos a los que se enfrenta la cadena agroalimentaria y donde el envase cumple la función clave de conservar el producto por más tiempo. Sin el envase algunos productos, especialmente los alimenticios, no podrían conservar todas sus propiedades durante el tiempo que pasa desde que son producidos hasta que se consumen.
“Hay que mirar el envase entendiendo la cantidad de funciones que cumple. Cada capa tiene una función determinada y hay mucha tecnología detrás. Cada vez se emplea menos material y el peso del envase de ha reducido hasta el 20-25% en los últimos años, gracias a técnicas como la espumación o el trabajo con fórmulas”, afirma Gonzalo Sánchez Pérez, director técnico de Grupo Coexpan.
Según explica Sergio Gonzalez, Director de Proyectos de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad Alcalá de Henares, “los avances se producen en todas las fases de la cadena, “En la producción, donde cada vez hay una tendencia mayor hacia la química verde, la química sostenible, los recursos renovables, en el comportamiento de los materiales con el desarrollo de plásticos técnicos, plásticos multicapa, entre otros que garantizan el comportamiento del material y en el tratamiento final, en la selección, reciclado y reutilización de los materiales”.
Desde la Plataforma Envase y Sociedad que aglutina a 37 miembros, entre asociaciones y organizaciones de consumidores, académicas, centros tecnológicos, empresas de fabricación, envasado, distribución y reciclado de envases, etc. ponen el acento en el fomento de la I+D+i. También resaltan la importancia de la prevención y divulgación de los avances que se están produciendo en la consecución de envases, cada vez más compatibles con un modo de vida sostenible.