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Crisis en Ucrania ¿con Rusia o contra Rusia?

Las alianzas económicas y estratégicas de las potencias, en muchos casos pesan más que las provocaciones y son el fundamento para rebajar tensiones. En el caso de la crisis ucraniana  parece que la diplomacia preventiva ha tenido resultados. Por ahora. Las recientes declaraciones del presidente Vladimir Putin, y el orden de repliegue de las tropas en la zona fronteriza con Ucrania han cedido espacio a la negociación.  Ni la política rusa de hechos consumados en Ucrania, ni la posibilidad un referendum para anexionar Crimea a Rusia parecen factores capaces de desatar un conflicto abierto ¿La razón? ¡Es la geopolítica, estúpido!

Ante la escalada de tensión de las últimas semanas, a diferencia de la Unión Europea, Estados Unidos ha concretado cual será su paquete de sanciones. Por el momento Obama ha anunciado su ausencia en la cumbre del G-8 de en Sochi, así como la congelación de las negociaciones comerciales y las prácticas militares bilaterales. También se incluyen la prohibición de visados a altos funcionarios rusos y ucranios y la posibilidad de sanciones individuales a particulares y compañías rusas. Con todo, ninguna de estas medidas va a aislar a Rusia. Tal como indica José María Peredo, Catedrático de la Facultad de Comunicación de la Universidad Europea de Madrid «Rusia no es una pieza aislada, la prolongación de la crisis afectará  a todo el mundo, su relación global no se puede medir en términos del siglo XX». Y es que, ya no estamos en la dinámica de la Guerra Fría, la globalización ha cambiado las reglas del juego.

A nadie se le escapa que Rusia es uno de los principales socios comerciales de la Unión Europea. Un dato: en el año 2011 Rusia fue el cuarto país que más exportaciones recibió de la Europa de los 28 (un 7% del total), por detrás de Estados Unidos, Suiza y China. Y si analizamos las importaciones descubrimos que  Rusia es el segundo proovedor de bienes de la Unión Europea, después de China. En el año 2011 las importaciones alcanzaron un 12% del total. Con estas cifras, según ha señalado Antonio Alonso, Doctor en Ciencias Políticas y Profesor de la Universidad San Pablo CEU, » estamos condenados a entendernos con Moscú».

El gas también es una pieza clave, para ambas partes. Lo cierto es que Gazprom, el gigante del gas ruso, proporciona a Europa la cuarta parte del total del gas que consume. “en términos energéticos la dependencia es clarísima», señala Peredo. Para aminorar riesgos, la UE en los últimos años ha dado pasos para diversificar el abastecimiento, sin embargo, la dependencia del sector sigue siendo alta, y las posibles sanciones tendrían consecuencias bilaterales. La subida de precios energéticos, por ejemplo, podría ser un as en la manga del Presidente ruso Vladimir Putin. Ya lo ha hecho con Ucrania, que pasará de pagar a Gazprom 193 euros por metro cúbico a casi 300. Quizá por ello Europa,se mantiene cauta y apuesta por la diplomacia de guante blanco, el softpower. “Estamos ante una actuación débil de la UE, que aún puede reconducirse”, según Peredo.

Washington, por su parte, apuesta por subir su retórica, no tanto por la economía, (al fin y al cabo la relación comercial entre ambos países únicamente representa solo el 1% del total de importaciones y exportaciones del país) sino por «mantener la estabilidad de la región», indica el Catedrático.

Infografía de las relaciones entre EEUU y Rusia. Fuente: Diariofinanciero.com

Los intereses de Rusia
Con todo, la dependencia energética de Europa con respecto a Rusia es similar a la que comercialmente tiene Rusia con la UE. La economía de la Federación Rusa, está estrechamente ligada a la de los 28. Sus intercambios comerciales en la región alcanzan el 50%, superando los acuerdos con el bloque de países pertenecientes al Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC) y con los miembros la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Los principales socios europeos de Rusia, son los Países Bajos con un volumen de negocios de 20.000 millones de euros, seguidos de Alemania (16.631 millones de euros) e Italia (13. 000 millones de euros), según el Servicio Federal de Aduanas de Rusia.

En estas circunstancias, según señala Alonso, a nadie le interesa un conflicto armado en Ucrania. “Yanukovich ha dejado una situación económica muy difícil y Europa tiene problemas más graves, no quiere ser su salvador”, si bien, lo que sí le importa, y mucho, es “mantener un vecindario seguro”, señala. Esto puede conseguirlo “con Rusia o contra Rusia” y la segunda opción parece improbable.

Los analistas coinciden en que el conflicto se resolverá posiblemente por la vía pacífica, con una negociación puntual sobre Crimea. El Profesor Alonso considera la independencia de  la región de mayoría rusa, un factor clave “Putin quiere activar la autonomía de Crimea, para que se convierta en un Estado independiente”.

En cuánto a la situación política en Kiev, parece que la solución pasaría por un gobierno de concentración, cuyo triunfo dependerá también de factores externos. “Es hora de que Putin comprenda que no puede sacar el ejército a la calle y de que la Unión Europea empiece a hacer política exterior”,concluye Peredo.

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