El aumento de la insolvencia en el país asiático tendrá implicaciones para sus socios comerciales
La ralentización del crecimiento en China está afectando a sus países vecinos, como son Hong Kong, Singapur o Taiwan. Sin embargo, este factor unido a que la insolvencia se situará en un 20 por ciento para 2016, ha hecho que el virus de la “fiebre china” haya cruzado el Pacífico para afectar a países emergentes de Latinoamérica; en especial a Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela y Chile. Todos estos datos según se desprende del último informe publicado por Solunion, expertos en seguros de crédito mundiales.
“El salto de la fiebre china a través del Pacífico puede parecer sorprendente de un primer vistazo, pero de hecho, China es uno de los principales socios comerciales de América Latina”, comentaba Ludovic Subran, Consejero de Solunion y Economista Jefe de Euler Hermes. “En los últimos quince años, el comercio entre Latinoamérica y China se ha multiplicado por veinte. Y lo que es más, China busca doblar los números actuales y alcanzar una cifra de comercio bilateral en torno a los 500.000 millones de dólares en 2019”.
La inversión del gigante asiático en el continente americano se basa en la industria primaria y en la construcción de infraestructuras y proyectos logísticos. Los problemas que encuentra esta zona del mundo en encontrar financiación internacional, convierten la aportación china como una ayuda primordial y, por tanto, la ralentización del crecimiento está teniendo por tanto un triple efecto en Argentina, Ecuador y Venezuela.
Por su parte, China supone una cuarta parte de las exportaciones en Chile o Perú. De hecho, los primeros son los más dependientes del gigante asiático en sus exportaciones, seguido por Venezuela. La fluctuación de los precios también se puede constituir en un problema esencial en este sentido, ya que las ventas exteriores se centran en productos concretos: soja en Argentina, metales en Perú o cobre en Chile.
La cuestión brasileña
Por otro lado, Brasil exporta un 20 por ciento de sus productos a China, mientras que el 17 por ciento de las importaciones provienen del país asiático. Si el crecimiento de este país se debilita, los efectos se sentirían, por tanto, de manera inmediata en Brasil.
“Muchos de los problemas de Brasil son de producción propia, en cualquier caso”, explicaba el propio Subran sobre la cuestión del país carioca, que continuaba asegurando que “Brasil está en medio de una recesión que continuará en 2016. Los problemas de su actual política interna se están viendo agravados por la situación de la economía mundial y el menor crecimiento de China. Esto también queda claro en la tendencia de las quiebras: en 2015 aumentaron un 25 por ciento, como en China, y en 2016 las tasas de quiebras en China y Brasil deberían ser notablemente similares”.
Diario Financiero