Daniel Ortega pasa de enemigo a amigo de EE.UU. en la guerra contra las drogas

Daniel Ortega, líder nicaragüense que derrocó a una dictadura apoyada por Estados Unidos y luego soportó la ira de los rebeldes financiados con ventas de armas estadounidenses a Irán, algo que no es tan malo después de todo, según los especialistas en política antidrogas.

Si bien el dirigente de 69 años sigue siendo acérrimo detractor de los “yanquis” del norte, Nicaragua no da a EE.UU. el tipo de problema de drogas, inmigración o delito que causan aliados más cercanos de América Central o México.

Es más probable que los aviones cargados de cocaína que vuelan hacia EE.UU. aterricen en Honduras, donde EE.UU. tiene un puesto militar, y no en Nicaragua, de acuerdo con los informes del Departamento de Estado. El delito relacionado con las pandillas que contribuyó a expulsar a miles de niños centroamericanos solos hacia EE.UU. el año pasado casi no existe en Nicaragua, el país más pobre de la región, de acuerdo con los datos del Banco Mundial.

“Los esfuerzos de gobierno de Nicaragua para proteger a su pueblo y su territorio de las actividades de los traficantes de drogas han sido muy positivos”, declaró William Brownfield, subsecretario de Estado de la Oficina de Narcóticos Internacionales y Policía, al ser entrevistado por la prensa la semana pasada. Ello ocurrió pese a “diversos elementos complicados” en las relaciones entre EE.UU. y Nicaragua, agregó Brownfield, cuyo departamento comúnmente recibe el mote de “Drugs and Thugs” (Drogas y matones).

Hasta los cumplidos de los funcionarios estadounidenses dichos con rabia habrían sido impensables hace una generación, cuando las controversias políticas por el financiamiento estadounidense de los contras que combatían contra el gobierno sandinista de Ortega prevalecían en los debates de política exterior de Washington, donde a Ortega se lo veía como un títere de la Unión Soviética.

‘Combatientes de la libertad’

“Los combatientes nicaragüenses de la libertad nunca nos han pedido que libráramos su batalla, pero haré todos los esfuerzos posibles para detener la savia vital que los alimenta y relegarlos a la muerte, la derrota o una vida sin libertad”, declaró el presidente Ronald Reagan ante el Congreso en su discurso sobre el Estado de la Unión de 1987. “No debe haber una cabecera de playa soviética en América Central”.

Estados Unidos ha donado equipos a Nicaragua y ha colaborado con el adiestramiento de su Marina para detectar más eficazmente los aviones y lanchas rápidas que transportan cocaína sudamericana. Hace poco, EE.UU. dio apoyo a la operación “Navidad sin drogas” de la Marina nicaragüense, que llevó al decomiso de 630 kilogramos (1.400 libras) de cocaína entre el 22 y el 24 de diciembre.

Más de veinte años después de terminada la Guerra de los Contras y el primer mandato de Ortega al frente del gobierno, una tradición sólida de vigilancia comunitaria ha fortalecido la confianza entre los habitantes y la policía, manteniendo a los jóvenes lejos de las pandillas, dijo Adam Isacson, asociado sénior de la Oficina de América Latina de Washington.

“Daniel Ortega, pese a su política de izquierda, es conservador en lo social”, señaló Isacson en una entrevista telefónica. “Tiene hacia las drogas la actitud que se esperaría de un político de Alabama o Texas”.

Bloomberg

Pie de foto: Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. Bloomberg.