El Gobierno advierte del riesgo político por un posible «efecto dominó»
Confianza plena en la economía española. Esa es la lectura que desde el Gobierno se hace frente al periodo de incertidumbre que se abre tras el ‘sí al no’ de Reino Unido.
El propio ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos, afirmaba tajante durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que «no vamos a revisar las previsiones de crecimiento y de hacerlo lo haríamos al alza». Los resultados del primer trimestre avalan un ritmo de crecimiento del 3% por lo que alcanzar el 2,7% previsto es un objetivo factible pese al impacto del Brexit.
Desde Economía se adelanta que la EPA (Encuesta de Población Activa) del segundo semestre cerrará con 18,5 millones de ocupados, lo que revertirá en mayores ingresos en las arcas del Estado con el consiguiente efecto sobre la dinamización del consumo, factores que junto con una inflación negativa y los bajos tipos de interés del BCE (Banco Central Europeo) apuntalarán el crecimiento de España.
Pero esto en el corto plazo. Es decir, durante como mucho los dos años que se alargue el proceso de desconexión. Kamal Romero, profesor de macroeconomía de la Universidad Cisneros, advierte de la «vulnerabilidad fiscal y del empleo». Y apostilla «a la primera turbulencia volveremos a ser el país en el que más aumente el paro» pudiendo llegar a niveles incluso superiores a los de Grecia. Además se ha de tener en cuenta el frenazo en las inversiones que «inevitablemente se van a ralentizar».
Circunstancia que se debe a que tras el resultado del referendum «Europa queda cuestionada», detalla el profesor de Economía Financiera de la Universidad San Pablo CEU, Miguel Córdoba. Así «las previsiones del Gobierno no son realistas y estarán por debajo del 2% este año».
Es por ello por lo que, en palabras de Luis de Guindos, es «vital continuar generando confianza y mantener la credibilidad». Para ello España deberá persistir en la austeridad de la política fiscal «sostenible en el tiempo» para lo que «es necesario combinar la reducción del déficit público con el crecimiento económico». En este sentido, de Guindos ha recurrido a la reducción del ratio deuda pública/PIB del pasado 2015 hasta el 99% (tres décimas superior a lo previsto por el Ejecutivo).
En lo que sí coinciden Gobierno y expertos es en el riesgo político derivado del posible «efecto dominó» en el resto de los 27. «Se ha abierto la caja de Pandora», se lamenta Córdoba. Ante ello fuentes próximas al ministro de Economía y Competitividad en funciones advertían contundentes «hay que tomar medidas y frenarlo como sea». Pero un sólo país no puede y es momento de dar «una respuesta que debe ser conjunta».
Pérdida de competitividad
Respecto a la pérdida de competitividad de las exportaciones españolas por la devaluación de la libra, Economía resta importancia. Y es que una libra más barata encarecerá de facto los precios haciendo menos atractivas las compras de productos Made in Spain. A ello habrá que sumarle la aplicación de posibles aranceles una vez concluido el divorcio.
Por otra parte, otra de los factores que está en juego es el Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre la Unión Europea y Estados Unidos. A este respecto fuentes cercanas a Economía señalan que afectará «muy mal» a las negociaciones, «Reino Unido es uno de los países con más fuerza en la negociación», por lo que todo apunta que las intenciones de que éste se rubrique antes de que finalice el mandato de Obama son «casi imposibles».
Como dato a destacar el país que hasta septiembre liderará el primer ministro David Cameron fue el cuatro destino de las ventas de productos y servicios de España durante 2015. Además, según los datos del Ministerio, éstas representaron un 7,3% del total y experimentaron un crecimiento del 10, con respecto al ejercicio precedente, y junto con Alemania fue uno de los cuatro destinos con una mayor contribución positiva a la tasa de variación anual (+1,2 puntos). En términos absolutos éstas alcanzaron los 8.231 millones de euros.