Aunque nos lo tomemos con el típico humor made in Spain, lo cierto es que al común de los mortales nos revuelve las tripas ver como la falta de recursos ha sacado a la luz el despilfarro de dinero público en infraestructuras innecesarias o, peor aún, la inutilización de algunas imperiosas por falta de dinero para ponerlas en marcha. Aeropuertos, carreteras, estaciones de cercanías, guarderías y hospitales inútiles aparte, caso diferente es el de aquellas instalaciones que en tiempos pretéritos tuvieron un papel y que a día de hoy no existe actividad que las mantenga vivas.
Esto último sí que ocurre en todo el mundo. La diferencia está en cómo se aprovechan para su reutilización o no. A pesar de contar con magníficos y excepcionales ejemplos como la reconvertida Alhóndiga, del nuevo y vanguardista Bilbao, o la cultural segunda vida del Matadero de Madrid, lo cierto es que pensar a lo grande a la hora de otorgar a nuestros espacios una segunda oportunidad, nos cuesta.
Así, mientras en Madrid se subasta al mejor postor el suelo de las antiguas cocheras de Metro para levantar un mamotreto y anónimo centro comercial más, en París alardean de vanguardia. Firmas de arquitectura han enviado a una plataforma habilitada en Internet por las candidatas a la alcaldía Nathalie Kosciusko y Anne Hidalgo, sus propuestas para dotar de vida espacios abandonados de la capital del amor. Sobre todo para las más de una decena de estaciones de metro que no llegaron a abrir o están en desuso. En todas partes cuecen habas.
Las ideas más sorprendentes hasta el momento son de los arquitectos Manal Rachdi y Nicolas Laisné, que apuestan por revitalizar las estaciones fantasma con una piscina olímpica, un teatro, un lujoso restaurante o una discoteca.
Todo para que la ciudad más bella del mundo, lo siga siendo.