El presidente de Deloitte, Fernando Ruiz, subrayó este martes que la Junta Única de Resolución (JUR) no acordó la resolución del Banco Popular y su venta al Santander, en junio del año pasado, basado en un informe de la firma auditora.
“La JUR no toma su decisión por un informe de Deloitte”, indicó durante su comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera.
Así, afirmó que la JUR impulsa la resolución del Popular “en función de la información que tiene de diferentes fuentes”. La ley establece, agregó, que una vez que la Junta Única de Resolución toma esta decisión necesita un informe de valoración para decidir el concreto instrumento de solución a adoptar.
En este sentido, dijo que unas semanas antes de la intervención, quizá porque “intuía que podía haber algún problemas” en el Popular, la JUR contactó con Deloitte en Bélgica.
Además, Ruiz señaló que “nunca hemos auditado el Banco Popular y dejamos de auditar al Santander en 2016”. También aseveró que “no asesoramos en nada” al Santander con respecto al Popular en ningún momento, ni a esta última entidad con respecto a su futuro, por ejemplo en la etapa de Emilio Saracho como presidente.
Deloitte no ha trabajado con Santander ni Popular en “nada que tenga ver con este tema” y los trabajos que se hayan podido realizar “son absolutamente independientes, los equipos son diferentes y no tiene nada que ver”, aseguró.
Respecto al contenido del informe de valoración de Deloitte sobre el Popular y el hecho de que JUR no quiera hacer pública parte del mismo, el presidente de la auditora expuso que la firma “no puede desvelar” nada porque incumpliría los compromisos de confidencialidad. “Personalmente, no he leído el informe que se emitió”, agregó.
CASO BANKIA
Por otra parte, Ruiz indicó que “sólo hicimos la auditoría de las cuentas trimestrales” de Bankia de cara a su salida Bolsa. En este sentido, recordó que se trataba de una situación novedosa, ya que se trataba de una entidad nueva que no tenía cuentas de un ejercicio completo.
De esta manera, explicó que “no participamos en la decisión de la salida a Bolsa, ni en la elaboración del folleto, no revisamos el folleto, no participamos en la fijación del precio, que compete a los colocadores y bancos de inversión; ni en el proceso de comercialización de acciones”.
Preguntado por la reformulación de las cuentas de Bankia tras su intervención, expuso que las que la entidad presentó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) antes de la nacionalización y que iban sin un informe del auditor, “nunca se nos facilitaron las cuentas firmadas por los administradores para que las auditáramos y emitiéramos un informe”.
Sobre las ‘tarjetas black’, señaló que “se contabilizaron en cuentas de errores por descuadre” en la contabilidad de Bankia, “no como remuneraciones”. “Estaban escondidas, y con la magnitud de cifras de la entidad no se ve, por una cuestión de materialidad. No lo vimos y no teníamos ni idea”, reconoció.
Ruiz explicó que “la auditoria no puede ser más que aquello que marca la ley” y el auditor sólo se pronuncia acorde con lo que la ley le pide”. Así, expuso que los auditores “revisan las cuentas pero no la gestión de los administradores”, para agregar que “no juzgan las estrategias de negocios” de las sociedades.
Durante la crisis, defendió que sí presentaron auditorias con salvedades de entidades financieras, como el caso de CajaSur. “Hemos hecho nuestro trabajo con honestidad e intentado hacerlo bien; no he venido a decir que somos infalibles”, comentó.
NECESIDAD DE REGULAR A LAS ‘FINTECHS’
El presidente de Deloitte aprovechó para apuntar la necesidad de una regulación de las ‘fintech’ o de criptomonedas como el ‘bitcoin’, ya que “como no se le ponga coto estaremos ante un nuevo problemas de personas que han invertido y perdido sus ahorros” en no mucho tiempo.
Según Ruiz, las nuevas tecnologías aplicadas al sector financiero no están controladas y hay que actuar en este campo.
POSICIÓN DE KPMG
Por su parte John Scott, expresidente de KPMG, defendió este martes el trabajo “riguroso” y “conforme la normativa vigente” en auditoría realizado por la firma en las entidades financieras.
“Hacer una auditoría es muy complejo”, aseguró durante su comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera. “El proceso no es una cosa que se hace en cuatro semanas a final del año”, señaló, para agregar que en entidades “grandes” como los bancos hay un trabajo “constante y continuo mirando las cosas”.
En concreto, sobre Bankia señaló que KPMG “nunca” ha sido auditor de Bankia ni participó “con ningún trabajo” en el proceso de salida a Bolsa de la entidad en julio de 2011.
“Los únicos trabajos han sido encargados por el equipo actual de Bankia, el Frob o por diligencias en algún proceso judicial, donde el juez le ha pedido trabajos como perito independiente”, señaló.
En cuanto a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Scott explicó que KPMG fue auditor de la entidad hasta 2011 y que considera que los informes de auditoría emitidos eran “correctos en su momento” con la información disponible. Lo que sí paso, expuso, es que hubo opciones de compra de titulizaciones en 2010 que fueron ocultados a KPMG y al Banco de España.
Respecto a Banco Popular, el expresidente de KPMG dijo que la firma “ni es ni ha sido auditor” de esta entidad, aunque sí hizo un informe en el segundo semestre de 2016 tras la ampliación de capital llevada a cabo en el verano de ese año. “Era un informe sobre metodología y no hubo ningún tipo de validación de la información financiera”, aclaró.