La selección de fútbol de Turquía ha vencido este martes por 1-2 a la de Austria, con un doblete del defensa Merih Demiral a balón parado, y se ha clasificado para los cuartos de final de la Eurocopa masculina, que se está disputando en Alemania y donde ahora jugará contra el equipo de Países Bajos por un puesto en las semifinales.
En el Red Bull Arena de Leipzig, comenzó el partido fulgurante. Menos de 55 segundos transcurridos y el conjunto turco ya tenía un córner a favor, que botó el madridista Arda Güler con la zurda a banda cambiada y cerca estuvo de ser gol olímpico; Christoph Baumgartner sacó bajo palos, el balón tropezó en su compañero Stefan Posch y el arquero Patrick Pentz salvó el gol sobre la misma línea de portería, luciendo reflejos.
Sin embargo, Demiral estaba en el área pequeña y remató a bocajarro el 0-1. Lejos de acusar el golpe anímico tan tempranero, los pupilos de Ralf Rangnick se levantaron nada más sacar de centro, triangulando hasta culminar con un derechazo cruzado de Baumgartner y que se marchó fuera, pero bastante cerca del poste del arco defendido por Mert Günok.
En el minuto 5, en un córner botado por Romano Schmid a pie cambiado desde la banda izquierda, ocurrió algo similar a la jugada del 0-1; la pelota se paseó por el área pequeña, aunque en su caso sin que nadie la tocase ni para el remate ni para el despeje. Pasado ese susto, la tregua duró un cuarto de hora, hasta que Güler tiró desde del centro del campo.
Viendo a Pentz adelantado, el mediapunta del Real Madrid probó sin fortuna un gol lejanísimo. Eso mantuvo la versión ofensiva del equipo otomano, que antes del descanso generó peligro otra vez en un saque de esquina botado por Güler y cabeceado por Demiral por encima del travesaño. Estaba claro que Austria debía modificar algo para remontar.
Entraron al campo Michael Gregoritsch y Alexander Prass, por Romano Schmid y Phillipp Mwene respectivamente, y eso le cambió la cara en ataque. El propio Gregoritsch envió fuera un disparo dentro del área, después de que Marko Arnautovic hubiera apurado la línea de fondo hasta centrar. No obstante, el balón había rebasado la raya y estaba todo anulado.
En el 51′, un gran pase filtrado de Stefan Posch dejó a Arnautovic delante del guardameta turco, pero Günok salió valiente en ese mano a mano y repelió el esférico con una rodilla. Poco después, un zurdazo de Konrad Laimer se marchó desviado y más adelante otro tiro de Posch, que iba camino a la portería rival, fue despejado a saque de esquina.
Los arreones siguieron y, en el minuto 55, Gregoritsch conectó con Arnautovic en otro desmarque de éste; el capitán austriaco definió con una vaselina que se salió del campo, si bien el fuera de juego había invalidado la acción. La respuesta un minuto después fue un eslalon de Ferdi Kadioglu y que él mismo culminó con un potente derechazo, que tropezó en un adversario.
ASEDIO AUSTRIACO SIN PREMIO
Todo ello precedió al 0-2 (min.59), obra de Demiral con un remate de cabeza inapelable, un metro delante del punto de penalti y en otro saque de esquina que había botado Güler. Los centroeuropeos contestaron de manera rápida con el 1-2, igualmente en un córner; lo botó Marcel Sabitzer, prolongó Posch de cabeza en el primer palo y Gregoritsch apareció en soledad para anotar a bocajarro en el segundo palo.
A partir de ese momento, la selección de Austria se volcó en ataque. Pero ni Florian Grillitsch ni Arnautovic encontraron el disparo final que significase el empate. En el banquillo de enfrente, el entrenador italiano Vincenzo Montella intentó frenar un poco el ritmo del partido con varios cambios, incluyendo la retirada de Güler.
Pero la insistencia austriaca continuó, por mediación de Sabitzer con centros y más centros al área. Baumgartner cabeceó uno de ellos en el 85′, pero se fue por encima del larguero; y como un ‘déjà vu’, tras una ocasión de Turquía fallada por Baris Alper Yilmaz, Baumgartner tuvo en su cabeza lo que habría supuesto el 2-2 y forzar la prórroga en Leipzig.
En el enésimo balón bombeado a la desesperada hacia el área de Günok, con tiempo ya cumplido de los cuatro minutos que había agregado el árbitro, Baumgartner se elevó más que los zagueros rivales y su cabezazo picado fue desviado a córner de manera magistral por el portero turco. Ahí murieron las esperanzas de los de Rangnick y se despidieron del torneo.
FIC