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Desarrollan nuevas plantas que liberan feromonas sexuales para combatir plagas

Un equipo del CSIC y la Universitat Politècnica de València (UPV) ha desarrollado, a nivel de laboratorio, plantas modificadas genéticamente capaces de producir y liberar feromonas sexuales de insectos para hacer frente a las plagas que afectan a las plantas herbáceas y similares, reduciendo así el uso de plaguicidas. Los resultados están publicados en la revista ‘BioDesign Research’.

En su estudio, los investigadores han trabajado con Nicotiana benthamiana como planta modelo, que modificaron genéticamente para codificar compuestos volátiles como las feromonas de polillas, convirtiéndolas así en biofactorías de feromonas.

«La bioproducción de feromonas sexuales de insectos a base de plantas es una estrategia innovadora y sostenible para el control de plagas en la agricultura. Hemos desarrollado plantas transgénicas que producen dos componentes volátiles presentes en muchas mezclas de feromonas sexuales de lepidópteros. Pero, además de producirlos, los pueden liberar en la atmósfera, lo que significa que en un futuro se podrían utilizar en técnicas de control de plagas como la confusión sexual en los machos de la plaga o estrategias como el ‘push and pull'», explica Diego Orzáez, investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (UPV-CSIC).

La confusión sexual se produce cuando en la atmósfera hay una concentración tal de estos volátiles que los machos de la plaga tienen dificultades para encontrar a las hembras que emiten la feromona para atraerlos. Esto evita o retrasa las cópulas y la reproducción de la especie, lo que se traduce en una reducción paulatina de la población y, por lo tanto, en un mayor control de la plaga, expone Vicente Navarro, investigador del Centro de Ecología Química Agrícola (CEQA) del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la UPV,

Hasta el momento, estas feromonas se obtienen por síntesis química y se liberan al ambiente mediante biodispensadores para conseguir atraer o confundir a los insectos. En este caso, lo que se ha conseguido es que sea una planta modelo la que libere la feromona, un paso «sin duda importante» para la protección de los cultivos, aunque todavía es pronto para trasladar estos resultados a campo.

Para ello, entre otras mejoras, los investigadores ven necesario incrementar la capacidad de emisión de las plantas y plantean como primer paso el cambio de las plantas a utilizar, proponiendo la del tabaco o incluso plantas que ya de por sí producen muchos volátiles.

Junto al equipo del IBMCP y del CEQA, en este proyecto han participado investigadores del Instituto Nacional de Biología de Liubliana (Eslovenia) y la empresa Ecología y Protección Agrícola (EPA).

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