Este descenso hasta los 106,1 puntos del ICC (en el que 100 puntos marcan el umbral entre una percepción positiva y negativa) se debe al retroceso de 0,3 puntos en la valoración de la situación actual, y especialmente a la caída de 1,6 puntos en las expectativas.

En concreto, el índice de valoración de la situación actual alcanzó en julio los 101,7 puntos, con un ligero descenso de 0,3 puntos en relación al obtenido el pasado mes de junio. Esta evolución es el resultado de la evolución general de la economía, que retrocedió en 4,8 puntos, mientras que la evolución del mercado de trabajo experimentó una ligera caída de 0,7 puntos en su valoración. Por su parte, la percepción de la situación de los hogares presentó una evolución muy favorable, con un avance de 4,7 puntos.

Por su parte, el índice de expectativas llegó en julio a los 110,4 puntos, un descenso de 1,6 puntos, 1,4 en porcentaje, respecto al mes precedente. Las expectativas respecto a la situación futura de la economía y las relativas al mercado de trabajo presentaron una evolución negativa, -5 puntos y -3,3 puntos, respectivamente, mientras que subieron claramente las expectativas respecto a la evolución de los hogares, +3,6 puntos.

En relación al mes de julio del pasado año, la evolución del ICC es negativa y en todos sus componentes. El ICC perdió desde julio del pasado año 2,2 puntos, con un descenso en términos absolutos para la valoración de la situación actual de 1,7 puntos, mientras que las expectativas registraron una caída más acusada de 2,7 puntos.

En términos porcentuales el perfil de la evolución registrada es prácticamente igual. Así, el indicador de confianza del consumidor perdió un 2,1% como resultado de un descenso del 1,7% en la valoración de la situación actual y del 2,4% en las expectativas.