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Día Internacional del Refugiado

La ONG Entreculturas celebró hoy el Día Internacional de las Personas Refugiadas y Desplazadas llenando el madrileño mercado de San Fernando de pósit para que «#NoteOlvides» de los 44 millones de personas que hoy son los «protagonistas forzados» de la jornada.

El corazón del mercado de San Fernando fue envuelto de ritmos sudaneses y teñido de notas rosas y amarillas donde aparecían mensajes como: «I love Noland» o «22 millones de razones». Noland, el país ficticio compuesto por las decenas de millones de refugiados repartidos por el mundo, fue el protagonista de la jornada.

«Noland es el país donde no hay horizonte de futuro, donde no hay seguridad, es el país de la crisis eterna», explicó Luca Fabris, del Departamento de África de Interculturas. «Y es que en Europa no se conoce la crisis, no como la vivimos, y parece que la seguiremos viviendo, en demasiadas zonas de África», aseguró la refugiada congolesa Nicole Ndongala.

La religiosa Elisabeth Waraga explicó que fue «parte de Noland durante más de tres décadas». Waraga contó con mirada emocionada y fuerte cómo debió pasar tres semanas sin parar de correr para huir de Sudán, comiendo lo que encontraba en los arcenes de los caminos, sin frenar mucho su ritmo y sintiendo los estragos de no poder dar marcha atrás, de no tener lugar al que hacerlo.

21.000 NUEVOS DESPLAZADOS CADA DÍA

«Este país que hemos creado, Noland, crece a razón de 21.000 personas al día, al menos así sucedió en este último año», apuntó Fabris. A pesar de su crecimiento, «Noland cada vez tiene menos territorio y es que los países, especialmente los europeos, son fortalezas, donde pedir asilo es cuestión de años, donde las embajadas suelen ofrecer puertas cerradas», lamentaba Nicole Ndongala con los ojos brillantes.

«Son 44 millones, pero os pido que seamos otros 44 y más, aunque sea de corazón, y que exijamos ver más allá de las escenas espectaculares», rogó Ndongala apretando uno de los pósit sobre su pecho.

No es solo una cuestión de corazón para Cristina Manzanedo, integrante de Pueblos Unidos, quien explicó que «existen convenciones como las de Ginebra, que regulan el derecho internacional humanitario a nivel mundial, que hace de la ayuda a quienes deben huir una obligación».

«Porque una madre no se lanza desde una valla con concertinas con su hijo en la espalda por querer ganar más. No es una cuestión de efecto llamada, es una cuestión de poder levantarse una mañana sin miedo a no abrir los ojos nunca más, a que tu hijo aparezca asesinado o a que tu sexo sea ultrajado», afirmó Ndongala.

«El caso de Sudán del Sur ilustra bien la desesperación de quienes deben huir», explicó Luca Fabris. «Y es que decenas de miles de sudaneses retornaron el año pasado a Sudán del Norte, volvieron a territorio del enemigo histórico porque quienes batallaban en su país eran sus peores enemigos», enfatizó.

Desde el mercado de San Fernando, que este viernes fue la sede de Noland, las cuatro voces que hoy fueron portavoces de los 44 millones de protagonistas forzados concluían que «aunque sea difícil hay esperanza, la mejor esperanza es que estemos aquí, unidos, hablando y siendo parte de ese Noland, diciendo síes y teniendo fe en el país donde imperan los noes y la desesperanza».

Fuente: Servimedia

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