La ministra de Economía, Comercio e Industria de Japón, Yuko Obuchi, ha presentado este lunes su dimisión, aceptando la responsabilidad de la presunta malversación de fondos de la que se le acusa, según ha informado la agencia japonesa de noticias Kiodo.
En base a las acusaciones, dos organizaciones políticas vinculadas con la ministra organizaron viajes para sus votantes al teatro de Meijiza, ubicado en Tokio, en 2010 y 2011, por un coste total de 33,8 millones de yenes (cerca de 247.000 euros).
Obuchi ha reconocido las sospechas en torno al caso tras presentar su carta de dimisión al primer ministro, Shinzo Abe. Así, ha subrayado que «siguen existiendo grandes sospechas» en torno a sus informes financieros.
La ministra, de 40 años de edad, era una de las cinco mujeres nombradas por Abe en su última reorganización ministerial, y había sido señalada por algunos analistas como posible primera ministra en un futuro.
La titular de Justicia también se va
La ministra de Justicia de Japón, Midori Matsushima, ha presentado este lunes su dimisión, horas después de que hiciera lo propio la ministra de Economía, Comercio e Industria, Yuko Obuchi, según ha informado la agencia japonesa de noticias Kiodo.
En base a estas informaciones, el primer ministro, Shinzo Abe, ha aceptado la dimisión de ambas y se está preparando para nombrar a sus sustitutos a lo largo de la jornada de este lunes. La dimisión de Matsushima ha llegado en medio de las críticas contra ella por distribuir abanicos de papel con su imagen y sus políticas durante un festival en su circunscripción, tal y como ha recordado la cadena de televisión pública japonesa, NHK.
Por su parte, Obuchi se ha visto implicada en un escándalo debido a que dos organizaciones políticas vinculadas a su figura organizaron viajes para sus votantes al teatro de Meijiza, ubicado en Tokio, en 2010 y 2011, por un coste total de 33,8 millones de yenes (cerca de 247.000 euros).
Obuchi y Matsushima eran dos de las cinco mujeres nombradas por Abe en su última reorganización ministerial. La propia Obuchi había sido señalada por algunos analistas como posible primera ministra en un futuro.