Así lo dijo Doménech en la jornada ‘Demografía y longevidad. El papel de la Administración Pública’, organizada por el Círculo de Empresarios y la Fundación Transforma España

Este responsable en BBVA Research señaló que España destaca “negativamente” entre los países del entorno OCDE por el porcentaje de personas mayores trabajando.

Indicó que entre 60 y 64 años, solo un 44,7% participa activamente en el mercado de trabajo, un porcentaje que “es bajo” y disminuye por debajo del 6% a partir de los 65 años.

Doménech identificó varios factores que influyen, como es la menor cualificación de los trabajadores mayores en España, una regulación del acceso a la jubilación anticipada “ineficiente” junto con un sistema de pensiones con elevadas tasas de prestación que genera incentivos y desincentivos, y la fiscalidad, que “puede desincentivar la oferta de trabajo”.

También apuntó a las ineficacias de las políticas activas de empleo y las “rigideces contractuales y retributivas”, de manera que “el salario está en función de la antigüedad y no de la productividad, y esto genera un dilema para las empresas”.

En este sentido, Doménech pidió “otorgar un mayor peso al pago por rendimiento en detrimento de los complementos por antigüedad”, para lo que es necesario cambiar la regulación.

Defendió la prolongación de la vida laboral más allá de la edad de jubilación, dado el aumento de la esperanza de vida o las ventajas que produce seguir trabajando, como mayor felicidad.

Doménech apuntó que se impulse la formación permanente de los trabajadores mayores, se flexibilice la relación laboral promocionando la jubilación activa y se transite hacia un sistema de pensiones de reparto basado en cuentas nocionales que permita que los trabajadores conozcan constantemente qué pensión pública van a recibir a lo largo de toda su vida laboral.

Asimismo, destacó que “el disponer de población adicional gracias a la inmigración va a ser una ayuda”.