El presidente del BCE, Mario Draghi, asegura que el riesgo de deflación en la Eurozona es limitado, pero es de los que prefieren prevenir antes que curar. Por ello la entidad tiene preparadas medidas «adicionales no convencionales», por si los precios acaban siendo un problema.

Y es que, cuanto más tiempo la inflación siga baja, mayor será la probabilidad de riesgos deflacionarios. El fortalecimiento del euro en el último año y medio ha tenido un impacto significativo en la baja tasa de inflación que existe en la actualidad. En este sentido, Draghi ha explicado que, a medida que avanza la recuperación y la inflación vuelve gradualmente al objetivo del 2%, la postura del BCE tiende hacia un descenso de los tipos de interés en el horizonte. Por otro lado, el italiano ha destacado que en 2014 y 2015 habrá ya recuperación, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. Por ello pide un proceso de consolidación fiscal favorable al crecimiento, reformas estructurales para mejorar la inversión y la productividad y una política monetaria comprometida que proteja de amenazas a la integridad del euro.