El Consejo General de Economistas (CGE) ha elevado su previsión de crecimiento para el Producto Interior Bruto (PIB) español desde el 2,2% al 2,4% este año y ha mejorado sus proyecciones tanto para déficit como para la deuda pública.
Estas previsiones se basan en el fuerte crecimiento del primer trimestre, del 0,8%, mayor del avanzado en abril, que ha estado ligado, fundamentalmente, al buen comportamiento del consumo privado, la recuperación de la inversión y, sobre todo, a la buena evolución de las exportaciones y en especial el turismo.
No obstante, los economistas han advertido en su último ‘Observatorio Financiero’ que, a pesar de la buena evolución de la economía a tenor de los datos macroeconómicos que se van publicando, hay factores que pueden afectar a dicha evolución.
Algunos de esto factores son exógenos, como las tensiones geopolíticas, y otros endógenos de la propia economía española, como es el alto nivel de la deuda con el coste financiero que implica, la alta tasa de paro y la dependencia del sector servicios, sobre todo del turismo.
MEJORES PERSPECTIVAS PARA EL EMPLEO
Por su parte, y a tenor del buen comportamiento del mercado de trabajo, el Consejo General de Economistas estima que la tasa de paro se reduzca hasta el 11,2%, lo que suponen dos décimas menos respecto a la anterior previsión publicada hace menos de un mes.
Además, con el crecimiento de la economía mayor del esperado y la mejora de las previsiones para el resto del año, fundamentalmente del segundo y tercer trimestre, se espera que los ingresos fiscales aumenten.
Adicionalmente, la recuperación de las reglas fiscales y que España se ha comprometido a tener un déficit del 3% evitando así el protocolo de déficit excesivo, hacen que el control del déficit sea primordial.
Sin embargo, la ampliación de los compromisos asumidos para compensar la inflación, el incremento del coste de la deuda cada vez más alto y el déficit acumulado de la Seguridad Social, entre otros factores, podrían poner en peligro conseguirlo, por lo que los economistas estiman que el déficit a final de año podría situarse en torno al 3,2%, una décima menos respecto a la anterior previsión.
Por su parte, y dado que se espera que el PIB crezca un 2,4% en 2024, se estima que la deuda pública a final del año se sitúe en torno al 106% del PIB, seis décimas menos que la previsión anterior.