El Gobierno de Estados Unidos ha expresado su interés en buscar una relación económica «constructiva y justa» con China que impulse el crecimiento de ambos países sobre la base de unas reglas, frente a las prácticas «desleales» del gigante asiático para dominar a sus competidores.
«Buscamos una relación económica constructiva y justa con China», ha asegurado este jueves la secretaria del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, para quien una China en crecimiento y regida por las reglas internacionales «es buena para EE.UU. y el mundo».
Sin embargo, la responsable económica de la Administración Biden ha advertido de que una competencia económica saludable, donde ambas partes se benefician, solo es sostenible si esa competencia es justa, por lo que EE.UU. y sus aliados seguirán respondiendo a las «prácticas económicas desleales de China».
En este sentido, ha denunciado el apoyo público prestado durante mucho tiempo a las empresas chinas para ganar cuota de mercado a expensas de los competidores extranjeros, con una política industrial más ambiciosa y compleja en los últimos años que ha llevado a Pekín a aumentar este respaldo «para dominar» a los competidores extranjeros y adquirir nuevos conocimientos tecnológicos, «incluso a través del robo de propiedad intelectual y otros medios ilícitos».
De este modo, Yellen ha subrayado que el enfoque económico estadounidense de su relación con China pasa en primer lugar por garantizar sus intereses de seguridad nacional y los de sus aliados y proteger los derechos humanos.
«Comunicaremos claramente a la República Popular China nuestras preocupaciones sobre su comportamiento. Y no dudaremos en defender nuestros intereses vitales», ha advertido la economista, incluso aunque estas acciones específicas pudieran tener impacto económico.
«Nuestro objetivo no es utilizar estas herramientas para obtener una ventaja económica competitiva», ha defendido, añadiendo que los pronunciamientos sobre el declive de EE. UU. han existido durante décadas, pero «siempre se ha demostrado que estaban equivocados (…) y esta vez no será diferente».
Así, ha insistido en que la Casa Blanca no busca una competencia en la que el ganador se lo lleve todo, sino una competencia económica saludable sobre la base de un conjunto de reglas justas que pueda beneficiar a ambos países con el tiempo.
«Pero este tipo de competencia sana solo es sostenible si es justa para ambas partes» ha apostillado.