El portavoz de Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, ha reconocido la posibilidad de que los restos del dron caído el martes en aguas del mar Negro tras chocar con un caza ruso no sean recuperados por las Fuerzas Armadas.
«No estoy seguro de que podamos recuperarlo. Quiero decir, donde cayó en el mar Negro las aguas son muy, muy profundas. Todavía estamos evaluando si se puede organizar algún esfuerzo de recuperación», ha informado Kirby a la cadena CNN.
Sin embargo, Kirby ha asegurado que las autoridades estadounidenses han hecho «todo lo que está en sus manos» para minimizar los riesgos a nivel de Inteligencia derivados de que una potencia extranjera pueda tener en su poder el dron derribado.
En este sentido, ha reconocido no saber hasta qué punto Rusia está recorriendo el área donde cayó el dron para tratar de hacerse con posibles restos que pudieran haber quedado a flote en la superficie. «Ciertamente, no puedo hablar de los esfuerzos rusos», ha dicho.
El mando de las fuerzas estadounidenses en Europa denunció el martes que un aviones ruso había colisionado con un dron MQ-9 sobre aguas internacionales del mar Negro. Desde Moscú, el Ministerio de Defensa aseguró no haber entrado en contacto con el vehículo aéreo no tripulado que, dicen, se precipitó al agua por tras ejecutar extrañas maniobras.
RELACIONES EN EL «PUNTO MÁS BAJO»
Al hilo de los mencionados acontecimientos, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha reconocido este miércoles que las relaciones entre Moscú y Washington se encuentran en su «punto más bajo» y en un «estado deplorable».
De hecho, la situación es tal que ha reconocido que, aunque el presidente, Vladimir Putin, fue informado de lo ocurrido, no hubo contactos a la más alto nivel entre Rusia y Estados Unidos para abordar las tensiones desatadas tras el choque entre el caza y el dron.