Sólo un 44% de las empresas que han implementado Expedientes de Regulación de Empleo temporales (ERTE) prevé incorporar a la totalidad de sus trabajadores en el futuro o, lo que es lo mismo, casi un 60% asume ya que su plantilla se verá reducida tras la pandemia.
Es una de las conclusiones del estudio ‘Global Business Pulse’ elaborado por la firma de servicios profesionales Grant Thornton, y recogido por Servimedia, para analizar el impacto de la pandemia en el tejido empresarial a través de una encuesta a más de 5.000 ejecutivos de 35 países de todo el mundo, 400 de ellos en España.
“Los empresarios tienen claro que necesitarán tomar medidas de alcance para poder seguir operando y que, además de recortes y restructuración financiera, se verán obligados a buscar nuevas fórmulas de financiación tanto privadas como públicas”, sostiene el informe dado a conocer este jueves.
La mitad de los empresarios encuestados en España reconoce que deberán reducir costes para seguir operando con normalidad o reestructurar su negocio por culpa del Covid-19 y las malas perspectivas están ya conduciendo a que aceleren la implementación de medidas de contingencia.
Un 20% reconoce que baraja un plan donde tendrá que solicitar financiación pública o privada, frente al 27% que se ve con capacidad suficiente para seguir operando con sus recursos propios cuando en Europa y a escala global esta sensación de autosuficiencia la tiene el 31%.
La principal medida para garantizar el ‘cash flow’ o liquidez fue recurrir a algún tipo de apoyo público a su alcance (42%), seguido de la solicitud de ventajas fiscales (34%) y la conversión de efectivo inactivo en capital de trabajo (33%). Un 32% pidió descuentos en los suministros y casi tres de cada diez empresarios en España optaron por la vía de la negociación con los propios clientes para intentar adelantar los pagos.
Sin embargo, el recurso a inversores externos es limitado ya que solo el 20% de los empresarios encuestados reconocen haberlo hecho durante la época de pandemia, muy lejos del 15% de la media europea y a 11 puntos de los alemanes o a 8 de los franceses.
“Cabe destacar que las medidas de apoyo financiero introducidas por el Gobierno han sido un refuerzo clave para el mid-market español, aunque las empresas deben tomar consciencia de que no van a durar para siempre, y que es imperativo empezar a trabajar para ser más resilientes”, advierte el presidente de Grant Thornton, Ramón Galcerán.
Entre las medidas de apoyo público prioritarias, un 33% confiesa el recurso a expedientes de regulación de empleo temporal, seguidos de las facilidades para desarrollar la reducción de jornada y las ayudas para implantar el teletrabajo, ambas con un 26%. Casi tres de cada diez ha solicitado algún tipo de apoyo en el crédito y aplazamientos en el pago de tributos; mientras que otro 24% asegura no haber utilizado ninguna de las medidas desplegadas por el Gobierno.
El 75% da por descontado que sus ventas caerán, también un indicador peor al 67% que lo temen en Europa. Entre las medidas ya arbitradas el 62% ha recurrido al teletrabajo, un 58% a ajustes en la estrategia de negocio y el 55% a la revisión de presupuestos y planes de inversión.
Un 27% confiesa que se ha visto obligado a realizar ajustes temporales o permanentes de personal, en línea de lo reconocido por la media europea (26%) y en mejor posición que otros países como Italia (28%) o Reino Unido (34%).
De cara al futuro y tras la crisis, el 58% buscará implementar más tecnología y acelerar su transformación digital, el 51% mejorará sus protocolos para la gestión de crisis, y el 49% tenderá hacia una mayor flexibilidad organizativa. En este sentido, los españoles están mucho más convencidos de que la recuperación vendrá de la mano de la transformación digital que la media europea (36%) o que sus homólogos en Francia, Alemania o Italia.