El 63% de las empresas familiares españolas prevé mantener los niveles de empleo actuales en 2021, mientras que un 27% estima que la reducirá, y el 42% espera unas ventas similares a las del año anterior.
Así se desprende de la encuesta realizada a las empresas familiares y cuyos resultados fueron difundidos este lunes durante el XXIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar.
La valoración de la situación económica que hacen las empresas familiares es de 4,1 puntos en una escala de 0 a 9, lo que supone un empeoramiento frente al año anterior (5,33) y la peor nota desde 2013.
Preguntadas sobre cómo creen que será el crecimiento a corto y medio plazo de la economía española, el 68% de estas empresas cree que será frágil y sin creación de empleo, un 31% apunta a un crecimiento moderado y una generación de empleo limitada, y un 1% se muestra más optimista, apuntando a un aumento rápido de la actividad y del empleo.
Las previsiones de las empresas familiares para 2021 muestran que el 42% espera unas ventas similares a las de este año, un 31% espera un aumento y un 27% prevé una reducción. Estos porcentajes se han acentuado respecto a la tendencia que se observa desde 2017 de proyectar cada vez en mayor medida un mantenimiento o reducción de ventas y en menor medida un aumento.
Ante la pregunta sobre cómo esperan invertir la mayor parte de los beneficios obtenidos en 2020, el 58% responde que los reinvertirá en la compañía, seguido de un 21% que afirma que no ha tenido beneficios, un 12% aprovechará para disminuir deuda, un 7% destinará los beneficios a estudiar nuevos mercados y un 2%, a repartirlo entre los socios y accionistas.
Por otra parte, el 63% de las empresas familiares prevé mantener los niveles de empleo actuales en 2021, un 27% apunta a reducir plantilla y un 10% a incrementarla.
En comparación con el año anterior, cae en picado el porcentaje de empresas que en años anteriores proyectó crecimiento del empleo, mientras que sube el de aquellas que se posicionan sobre la reducción y el mantenimiento.
Preguntadas sobre si tienen previsto aumentar la inversión en España el próximo año, el 52% de las empresas responde afirmativamente, y el 48% restante, en negativo.
En cuanto al momento en que esperan recuperar los niveles de facturación previos a la crisis, el 27% dice que en el primer semestre de 2022, el 26% apunta al segundo semestre de 2022 o más tarde, el 25% cree que en la segunda parte del año que viene y un 22% dice que en la primera parte.
Respecto a la importancia de las áreas en las que deberían centrarse los fondos europeos para la recuperación, el citado en primer lugar es la digitalización, seguido de la transición energética y crecimiento sostenible, educación y formación, infraestructuras y modernización de la administración.
Sobre las medidas necesarias para recuperar la confianza, las empresas familiares indican en primer lugar acuerdos políticos, seguido de reformas estructurales de calado, aprovechamiento eficiente de los fondos europeos y soluciones sanitarias.
IMPACTO POR LA CRISIS
Las empresas familiares también han sido preguntadas sobre las medidas que han adoptado para enfrentar la pandemia y el 71% responde el teletrabajo, un 56% señala el recurso a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y el 55% la adaptación de su estructura productiva, siendo éstas las respuestas más destacadas.
En el impacto en la facturación por la crisis, el 38% de las empresas encuestadas señala que la ha reducido entre un 0% y un 15%, y un 21% indica que la ha reducido entre un 16% y un 30%. En cambio, un 15% afirma que la ha incrementado.
Sobre el empleo, la crisis ha impactado negativamente, dado que el 67% afirma que lo ha reducido entre un 0% y un 15%. Mientras, un 18% ha aumentado plantilla.
En lo que respecta a la situación interna de las empresas familiares, el 60% de las consultadas afirma que tiene un programa de sucesión acordado y que el principal criterio tenido en cuenta a la hora de elegir sucesor es que esa persona sea uno de los propietarios o familiar de los propietarios señalado por el 34%.
Los objetivos estratégicos apuntados por las empresas familiares para sus compañías son, en primer lugar, garantizar la continuidad y el relevo generacional, seguido de aumentar la dimensión, aumentar el beneficio y proporcionar oportunidades de trabajo.