Desde la educación infantil, se enseña a los más pequeños la necesidad de estudiar un idioma como una asignatura obligatoria. Esto hace que durante todo su desarrollo formativo y madurativo lo vean como algo tedioso, sinónimo de evaluaciones y exámenes, sin disfrutar realmente de la grandeza lingüística que supone aprender inglés. Esta mentalidad pasa factura y hace que el 66 % de los españoles estudie inglés solo por conseguir el título oficial.
El problema reside en el mercado laboral, cada vez más exigente y competitivo. Una de cada tres ofertas de trabajo exige un idioma extranjero, siendo en el 92 % de los casos el inglés, para acceder a él. Ahora ya no basta con escribir en el currículo que se posee un nivel concreto de inglés, sino que hay que demostrarlo y acreditarlo con un certificado de la Universidad de Cambridge o de Oxford.
Certifica el nivel de inglés online con un título oficial
Contar con un certificado es la primera prueba de que el usuario sabe inglés, además de un indicativo que prueba otros valores como el esfuerzo o el afán de superación. No obstante, el problema está cuando se realiza una prueba oral en la entrevista de trabajo. Ahí se percibe cuando el candidato simplemente tiene el título, pero no sabe manejarse con soltura en la lengua anglosajona.
De hecho, según datos del informe Business English 2023, elaborado por Twenix, más del 60 % de los profesionales españoles reconocen sentirse incómodos al hablar en inglés en su puesto de trabajo. Esto afecta a los mandos intermedios (62 %), a los directivos (60 %) y a los empleados (58 %).
Además, seis de cada 10 ejecutivos llevan aprendiendo inglés más de 10 años y cuatro de cada 10 durante más de 20 años. Pese a todo, los datos demuestran que no confían en tener un nivel de inglés óptimo y adecuado para el puesto.
A todo ello se le suma el hándicap del tiempo de vigencia del título. Todo aquel que tenga más de dos o tres años perderá su validez en un proceso de selección. Por consiguiente, dependerá del uso que se le fuese a dar a posteriori.
¿Qué es lo que falla?
Realmente, la falta de motivación para aprender inglés es mayúscula en España. Hay que tener en cuenta que los candidatos se sienten obligados a acreditar un título de inglés en su currículo para que este quede perfecto y, en muchas ocasiones, se exige un nivel concreto incluso para cerrar el expediente universitario.
De revertirse la situación y de dejar de exigir tener el título oficial, los españoles podrían cambiar por completo su mentalidad y ver el inglés como una oportunidad, más que como una obligación, que en muchos casos se atraviesa y se convierte en un obstáculo difícil de superar.
Además, en España, se encuentra muy arraigada la cultura del error. Por el sentido del ridículo y el miedo a cometer errores, se ve afectada la disposición a participar abiertamente en conversaciones.
Estudiar inglés en España ha pasado a convertirse más en algo de jóvenes que de personas de mayor edad. Quienes alcanzan una etapa de madurez y encuentran una considerable estabilidad laboral, no ven necesario ponerse a estudiar un idioma desde cero. No obstante, cuando la evolución de las circunstancias le hacen estudiarlo, acaban frustrándose y encontrando serios problemas, pues en lugar de disfrutar, se centran simplemente en alcanzar el título y avanzar.
Se valora más la titulación que los conocimientos
Al igual que sucede en otros ámbitos de la vida formativa y profesional, muchas personas deciden estudiar una materia concreta simplemente porque necesitan un título, un carnet o una acreditación, perdiendo plenamente la motivación para ello.
España es un país de ‘titulitis’, en el que se tiene la consideración de que una cualificación mayor permite acceder a un puesto laboral mejor y, es cierto, aunque en muchos casos se acaba recurriendo a puestos por debajo de su cualificación debido a la saturación del mercado laboral.
De hecho, España es el mercado laboral de la UE con una mayor tasa de trabajadores con una titulación universitaria que ocupan puestos por debajo de su cualificación. Esto se traduce en numerosos problemas, entre ellos, en obtener salarios más bajos. De hecho, España ocupa el cuarto puesto del ranking como peor país de la OCDE, solo por detrás de Corea, Canadá y México. Le sigue, por apenas tres décimas, EEUU.
Optar por desarrollar programas formativos atractivos, visitas temáticas y actividades dinámicas podría facilitar el cambio de mentalidad en la sociedad española, comenzando a estudiar inglés no simplemente por obtener un título.