El absentismo laboral cuesta cada año miles de millones de euros a nuestro país y es uno de los problemas que más afectan a la competitividad de las empresas españolas. Si miramos a nuestro país, la tasa de absentismo en España está en el 4,1%, igual a los dos últimos años, frenando así la tendencia decreciente que venía experimentando en los años anteriores, según datos del III Informe Adecco sobre Absentismo.
En el contexto internacional, España ya no lidera los países con mayor nivel de absentismo, con una media de 10,7 días perdidos por trabajador y año por detrás de Suiza (10,9), si bien aún seguimos entre los países con índices más elevados. El absentismo es superior en aquellos países en los que la cobertura por enfermedad es más generosa y/o se obtiene con más facilidad; y en aquellos en los que la protección social es superior, según las mismas fuentes.
Por sectores, la tasa de absentismo de 2013, según la ECL, es del 4,2% en Servicios (5,1 en 2007), del 4,1 en Industria (5,5 en 2007) y del 3% en Construcción (3,7% en 2008).
El presentismo se redujo entre 2008 y 2011, mientras que aumento en 2012 y 2013, provocando una polarización de las condiciones laborales en dos perfiles: empleados que se sienten más seguros en su puesto de trabajo y predispuestos a estas prácticas y empelados que se sienten amenazados de perder el trabajo y reducen el presentismo.