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El año de las BATERIAS, por Consorcio Europeo de Avales

Desde Consorcio Europeo de Avales defienden una clara estrategia de apoyo a la industria del almacenamiento europeo.

Iniciaron 2024 en un momento clave para el país en su trayectoria hacia un futuro energético sostenible. La revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) ha proyectado un aumento significativo en la generación renovable, elevando la capacidad de generación renovable solar de 38 GW a 73 GW, y la eólica de 49 GW a 62 GW, cantidades realmente ambiciosas que conllevan un no menor incremento del almacenamiento, con una estimación de 22 GW instalados para 2030.

¿Y este incremento del almacenamiento tiene sentido? Lo tiene por una razón muy sencilla: el almacenamiento será la pieza clave en esta transición. Más allá de equilibrar las necesidades propias del sistema eléctrico o de mitigar el efecto nocivo de los vertidos (curtailments) o de aplanar la temida curva de pato, lo que permitiría a los activos renovables –especialmente a los fotovoltaicos– tener una línea de ingresos más previsible y solvente, el almacenamiento está llamado a convertirse en un motor más del desarrollo industrial del país (de Europa entera, para ser más precisos).

Este 2024 será crucial abordar los desafíos normativos más inmediatos, como es el reconocimiento definitivo del almacenamiento como generador y consumidor o la clarificación de los criterios de acceso y conexión, especialmente con relación a la demanda de energía, auténtico agujero negro hoy para la promoción de proyectos de almacenamiento

Simultáneamente, aumentar la demanda se presenta como el vector clave del impulso renovable.

La industrialización del país también deberá ser un catalizador estratégico para potenciar la demanda y dinamizar el mercado energético español. Hay que aprovechar como país una de las grandes fortalezas: ofrecer al tejido industrial internacional energía verde a unos precios sostenibles y muy competitivos. Esta gran oportunidad creará un incremento de la demanda realmente sustancial, la pata que el nuevo PNIEC necesita para que las piezas encajen. Sin nueva demanda, no habrá nueva generación renovable por una sencilla razón, no habrá ni inversores ni financiación.

La aprobación de medidas por parte de la Unión Europea para acelerar la implementación de Mecanismos de Capacidad representa una oportunidad crucial para impulsar el almacenamiento en España. El spread, es decir, la diferencia entre precios mínimos y máximos de la energía en el mercado diario ofrece a fecha de hoy ingresos interesantes para el almacenamiento, lo que sumado al descenso del precio de las baterías de casi un 40 % en 2023 permite alumbrar ciertas rentabilidades, siempre sujetas a la volatilidad del precio de la energía, que en este año y en los siguientes seguirá marcado por el gas.

Las soluciones de almacenamiento y flexibilidad son uno de los pilares y principales desafíos de la transición energética. Para alcanzar el objetivo del 74 % de Electricidad de fuentes renovables al 2030. Serán necesarios 22 GW de almacenamiento, para ello es imprescindible aprobar un marco regulatorio adecuado para asegurar la viabilidad económica de las soluciones de almacenamiento energético.

Para Emilio Vargas, CEO de Consorcio Europeo de Avales “2024 va a ser el año UNO del almacenamiento por una razón fundamental: todo el despliegue regulatorio que el almacenamiento necesita debe culminarse, dando así un marco normativo estable y previsible, que acompase el desarrollo de proyectos con la gran oportunidad industrial que tenemos ante nosotros. Estamos seguros de que veremos muchos proyectos de almacenamiento en desarrollo para que se construyan en los próximos dos o tres años”.

Desde Consorcio Europeo de Avales, asesoran a desarrolladores internacionales y nacionales que deseen desarrollar proyectos de baterías en España, aportando soluciones de valor añadido en la obtención de líneas de Avales.

En resumen, España se encuentra en una encrucijada en su viaje hacia la sostenibilidad energética. El almacenamiento, los vehículos eléctricos, la industrialización y la gestión eficiente del hidrógeno son piezas fundamentales en este rompecabezas. La sincronización de esfuerzos y decisiones estratégicas será determinante para consolidar el papel de España en la vanguardia de la revolución energética que definirá el futuro de la sociedad y del planeta.

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