El Ayuntamiento de Madrid reducirá el «exceso de pisos turísticos» en el centro

El 95% de las viviendas que actualmente se destinan a alquiler turístico en la ciudad de Madrid dejarán de estar autorizadas a serlo porque el Ayuntamiento les exigirá una entrada independiente como a los hoteles.

Así lo anunció este jueves el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, en la que compareció para explicar el inminente plan especial de establecimientos turísticos que el Ejecutivo local aprobará inicialmente en un mes y que presentó el martes en la Mesa del Turismo.

Además del ya conocido criterio de 90 días anuales destinados a este uso que marcará el que una vivienda se considere oficialmente de uso turístico con licencia de sector terciario, Calvo reveló que a estos pisos catalogados como turísticos se les exigirá, si están dentro de la M-30 o en algunas zonas exteriores de Puerta del Ángel, Príncipe Pío o Chamartín, contar con una entrada independiente desde la calle, como al resto de establecimientos hoteleros. Fuera de dichas zonas, no se exigirá esta entrada independiente.

El delegado reconoció que este requisito “es muy estricto”, pero lo justificó por la necesidad de que el “excesivo número” de pisos turísticos en el centro “hay que reducirlo drásticamente”. Según sus cálculos, con esta exigencia “el 95% de las viviendas que operan como tales ya no podrán operar”. Eso sí, recordó, “pueden dedicarse al alquiler estable”, que al Ayuntamiento le “interesa promocionar” para mejorar la cantidad y calidad de viviendas que se arriendan y abaratar los precios.

Colateralmente, afirmó que en el centro se impedirán también los cambios de uso residencial a terciario, para combatir el “mobbing inmobiliario” que dijo que le consta que se está produciendo: propietarios que tratan de echar a sus inquilinos para destinar el piso a uso terciario. De esta forma, si les consiguen expulsar, tendrán que seguir destinando la vivienda a alquiler estable.

INSPECCIÓN

Calvo explicó que, para comprobar qué viviendas se destinan a uso turístico 90 días o más al año y por tanto están sometidas a la regulación, se establecerá “un control digital” y se reforzará el número de inspectores. Además, explicó que el Ayuntamiento ha aprendido de los ejemplos de Barcelona y Amsterdam a revisar páginas web donde se ofrecen las viviendas y a cruzar datos para comprobar cuántos días se alquilan, y se beneficiará de que, según parece, el Gobierno vaya a exigir a los propietarios de pisos en alquiler que informen de ese dato.

El delegado puntualizó que el Gobierno municipal no está contra el turismo si está bien regulado, sino contra la sobreocupación turística, y defendió que, puesto que la Comunidad de Madrid no ha ejercido ni delegado su competencia sobre la materia, el Ayuntamiento ha tenido que ejercer la suya sobre regulación urbanística para hacer frente al “crecimiento exponencial” que están registrando los pisos turísticos en los últimos años. A la espera de la aprobación de este plan, en enero se impuso una moratoria a la construcción de nuevos establecimientos hoteleros en Madrid

 

El plan especial se aprobará inicialmente en junio y llegará al Pleno en noviembre o diciembre, donde espera contar con el apoyo imprescindible del PSOE, que también se ha mostrado partidario de regular los pisos turísticos. “La duda es qué va a hacer el bloque conservador”, dejó caer incluyendo al PP y Ciudadanos, grupos de quienes dijo que, a tenor de sus comentarios en la Mesa del Turismo, “apuestan por la desregulación” y la “falsa libertad”, como si no hubiera un problema de sobreocupación turística.

 

El portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, replicó que el PP siempre ha “defendido que había que concliar los intereses de los vecinos con la “defensa del turismo de calidad”, que es “una de las principales fuentes de riqueza” de Madrid, pero acusó al Gobierno municipal de haberse “limitado a acoger los esquemas de Ada Colau”, que a su modo de ver no han “mejorado nada la calidad de vida de los habitantes de Barcelona” y “lo que ha hecho ha sido ahuyentar el turismo”.