El Banco de España advierte en un artículo del efecto «negativo» sobre el crecimiento y el comercio global si los países deudores no reducen su desequilibrio exterior y los acreedores no incrementan la demanda de los productos de los países deudores.
En un artículo en el que analiza las asimetrías entre países acreedores y deudores tras la crisis financiera global, el organismo detecta que los desequilibrios globales medidos a través de los saldos por cuenta corriente se han reducido, pero si se miden a través de la posición de inversión internacional neta se han ampliado.
Según el Banco de España, en los países deudores su posición deudora neta contribuye a reducir sus déficits por cuenta corriente y en los acreedores contribuye a aumentar sus superávits y este efecto es consecuencia de una “reducida propensión marginal a consumir e importar con cargo a su riqueza exterior”.
El organismo apunta que en el corto plazo, los países deudores son “mucho más vulnerables” al sentimiento de los mercados y a las tensiones financieras, por lo que “deben corregir” su desequilibrio exterior generando superávits o reduciendo sus déficits.
Además, si los países acreedores no reaccionan simétricamente incrementando la demanda de los productos de los países deudores, el ajuste de los deudores tenderá a producirse a través de una reducción de sus importaciones y de la demanda agregada, con el consiguiente “efecto negativo” sobre el crecimiento y el comercio global a medio plazo.