El Banco de España aprecia ya signos de recuperación tras el débil inicio de año

El Banco de España percibe que, de acuerdo con los indicadores de las últimas semanas, se estaría produciendo una recuperación de la economía española, tras el inicio «tan débil» del año por la tercera ola de la pandemia, y espera que se produzca una reactivación relativamente «robusta» a partir del segundo semestre hasta alcanzar los niveles precrisis en 2023.

Así se desprende del Informe Anual correspondiente al año 2020 publicado este jueves por el organismo. Con motivo del mismo, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha advertido de que los efectos adversos de la pandemia sobre el nivel de PIB, el empleo y las cuentas públicas «pueden perdurar varios años».

En junio el Banco de España revisará de nuevo las estimaciones de crecimiento del PIB tras la rebaja comunicada en marzo, cuando situó el crecimiento en el 6% en 2021 en el escenario central, ocho décimas menos que en diciembre, pero mejoró más de un punto la previsión para 2022 (+5,3%) y mantuvo la de 2023 (+1,7%).

Sobre esto, el Banco de España ha avisado de que el retraso en la ejecución de los fondos europeos podría acabar produciendo un trasvase de crecimiento de 2021 a 2022, de acuerdo con lo ya previsto por el Gobierno en el cuadro macroeconómico remitido a Bruselas a finales de abril.

Desde el organismo han asegurado que este atraso «no tiene por qué ser malo», ya que tendrá su reflejo en los proyectos que pretenden mejorar el rendimiento de la economía española. «Lo importante es acertar con los proyectos y las reformas», ha remarcado el director de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce.

Según el Banco de España, el avance del proceso de vacunación y la mejora del entorno exterior han reducido los riesgos que rodean las perspectivas económicas actuales. No obstante, avisa de que la intensidad de la recuperación económica, el alcance, la duración y la potencia «va a ser y es» incierta y está sujeta a factores de «incertidumbre».

En concreto, se mantienen activas fuentes de incertidumbre, como el grado de ejecución y los efectos del programa europeo Next Generation EU (NGEU), la capacidad de adaptación de las políticas económicas a las circunstancias cambiantes de la crisis, como el caso del diseño y la continuidad de los ERTE o las medidas de apoyo a empresas, y la magnitud de las secuelas que la pandemia pueda dejar sobre el tejido productivo y el mercado laboral, que pueden ser duraderas y en algunos casos estructurales.

La evolución económica de los próximos trimestres se verá adicionalmente influida por el ritmo al que se reducirá la bolsa de ahorro acumulada por las familias españolas en 2020 y por la senda de reactivación del turismo internacional.

Ante esto, el Banco de España ha señalado que la economía española dispone de tres grandes palancas para afrontar los retos tras la crisis, que van desde gestionar los fondos europeos, hasta abordar una estrategia integral de reformas estructurales a través de una definición «urgente», basada en un «conjunto exhaustivo de reformas ambiciosas y sustentada en amplios consensos».

«El diseño e implementación de esta respuesta estructural deberá estar basada en consensos amplios, para que pueda tener vocación de permanencia y resulte creíble. Un consenso que debe ser compatible con «la ambición y urgencia» que exige afrontar con éxito los enormes retos de la economía, ha insistido Pablo Hernández de Cos.

Además, el Banco de España ha remarcado la necesidad de diseñar y comunicar con «prontitud» las líneas maestras del plan de consolidación fiscal multianual, que se ejecute una vez superada la crisis y con una revisión «integral» de los principales ingresos y gastos públicos, con el objetivo de volver a niveles de deuda y déficit más moderados.

«Sería deseable definir sin demora sus principales características. Para ello es fundamental, en primer lugar, revisar integralmente el sistema impositivo español y el grado de eficiencia de todas las partidas de gasto público», ha indicado el gobernador del Banco de España en su discurso.

Para esto, afirma que será «esencial» prestar atención a los fondos Next Generation EU, aunque por ahora el grado de concreción de lo enviado a Bruselas parece «relativamente limitado», según el Banco de España.

Este es el caso de algunas de las principales reformas como pueden ser la del mercado laboral, pensiones o tributaria. En este contexto, desde el Banco de España aseguran «que no pueden tener una visión nítida del impacto eventual de las reformas ni del grado de ambición de las mismas», en palabras de Óscar Arce.

El organismo cree que sería conveniente que la selección de los proyectos descansara en un esquema apropiado de procedimientos públicos de contratación y en un diseño adecuado de las metodologías para la evaluación de las distintas iniciativas antes y después, que no tendría que abordarse necesariamente a través de una agencia independiente, ya que la Administración cuenta con los recursos suficientes, según el Banco de España.

Además, ve necesario asegurar que no existen obstáculos que dificulten el proceso de reasignación de recursos entre empresas y sectores que probablemente resultará de la implementación del programa.

Según el Banco de España, la persistencia de la crisis ha aumentado la vulnerabilidad financiera de las empresas y empresarios individuales, lo que plantea algunos riesgos para la recuperación, como que el sobrendeudamiento limite el crecimiento de la inversión; las quiebras y destrucción de empleo y tejido productivo y en situaciones extremas, la contracción de la oferta de crédito.

Con el fin de mitigar estos riesgos, el organismo ve «preciso» una implementación «ágil» y más «flexible» de las recientes medidas de apoyo a la solvencia empresarial incluidas en el decreto de 11.000 millones.

En concreto, el Banco de España recomienda maximizar la efectividad de los fondos y minimizar riesgos de asignación subóptima, además de recalibrar el programa, tanto en cantidad y asignación entre distintas herramientas, si se percibe la necesidad. Además, aboga por complementar estas medidas con otras de fomento de las recapitalizaciones privadas.

En paralelo, para el Banco de España es «necesario» mejorar los mecanismos de reestructuración de deudas, fomentando los sistemas preconcursales y rebajando el papel de los acreedores públicos.

En concreto, plantea reconsiderar y rebajar el grado de prioridad máxima de los acreedores públicos en los concursos, porque cree que puede ser «bueno» para reforzar los incentivos del resto de acreedores para luchar por la supervivencia de la empresa en cuestión. Además, el organismo recomienda diseñar mecanismos concursales específicos para sociedades de dimensión reducida.

AUMENTAN LAS EMPRESAS INVIABLES

Las simulaciones realizadas por el Banco de España apuntan a un aumento moderado de la proporción de empresas en riesgo de ser inviables como consecuencia de la crisis del Covid-19 entre 2 y 3 puntos porcentuales, según cómo evolucione la actividad económica.

También aumentaría de forma moderada, entre 3 y 4,7 puntos porcentuales, la proporción de aquellas empresas que, aun siendo viables, presentarían una situación de sobreendeudamiento. Esta última se define como las dificultades de las empresas para devolver la deuda acumulada con sus ingresos futuros esperados a medio plazo.