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El Banco de España cree que la economía podría crecer hasta “dos puntos” anuales en 2021 y 2022 gracias a los fondos europeos

El Banco de España estima que la economía podría añadir hasta dos puntos porcentuales al año de crecimiento a la evolución del PIB en el bienio 2021 y 2022 con el potencial ingreso de las transferencias de hasta 60.000 millones de euros previstas del fondo puesto en marcha por la Unión Europea y que reserva 140.000 millones a España, el resto vía créditos.

Son estimaciones efectuadas por el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, durante un encuentro con medios para explicar las previsiones revisadas por el organismo y que elevan la contracción potencial a una horquilla del 10,5 y 12,6% en el PIB de este año, frente al 11,6% pronosticado en junio ante el freno observado en la recuperación por los rebrotes del coronavirus Covid-19 y el desplome sufrido en el segundo trimestre.

La economía tendrá mejor desempeño cuando más rápido lleguen los fondos -para su estimación fijaba la entrega entre el 2021 y 2023-, si su composición tiene más de transferencia que no es necesario devolver a Europa frente al recurso potencial a créditos, y ayudará más al PIB si se usa para inversión pública frente a la opción de emplearla en cubrir gastos corrientes, explicó.

Arce pidió prudencia por la estimación, al haber aún muchas incógnitas sobre cómo se ejecutará dichos fondos tanto en su calendario, como en el tipo de uso -transferencias o préstamos- y su destino efectivo, que también variará en función de los proyectos que se presenten a Europa.

El Fondo Europeo prevé que España pueda beneficiarse de una llegada de hasta 140.000 millones de euros, de los que alrededor de 60.000 millones serían no reintegrables al ser vía transferencias y, por tanto, no tendrían impacto en déficit ni futura deuda.

En el informe publicado con las nuevas proyecciones económicas el organismo realiza un ejercicio aproximativo de cómo podría afectar su ingreso a PIB, déficit y deuda pública bajo cuatro escenarios y tomando de base que llegasen 10.000 millones simplemente como muestra para probar un potencial efecto, aunque la cifra nada tenga que ver con lo que se pueda obtener.

El escenario más favorable sería que el dinero no se tenga que devolver y esos 10.000 millones vayan directos a inversiones públicas. Ahí estima que el PIB añadiría a su crecimiento entre 0,2 y 0,30 puntos porcentuales de crecimiento cada año en el bienio, reduciendo en un porcentaje similar la deuda pública.

Una ejecución más tardía “retrasaría el impulso máximo y el efecto expansivo”, con un impacto “más moderado” sobre el PIB en los años 2021-2023 analizados y si los fondos se reciben vía crédito “el gasto adicional aumentaría el déficit y la deuda”, lo que limitaría el aumento del PIB”. De hecho estima que el efecto añadido sobre el PIB se limitaría al 0,02-0,13% en el bienio 2021-2022 si su ejecución se dilata en varios años más y al 0,14-0,3% si se recibe el dinero vía préstamo, con la obligación de devolverlo después.

Si es con transferencias, pero en lugar de ir a la inversión pública va a pagar gastos corrientes, el efecto beneficioso sobre la economía se limitaría también a una horquilla de entre un 0,6 y 0,19% de crecimiento añadido potencial sobre el PIB.

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