El Banco de España quiere poner coto a la circulación de cualquier falsificación de moneda, por sofisticada y perfecta que sea la imitación, y para atajar su uso va a surtirse de maquinaria que permita realizar análisis físicos-químicos de las piezas con contrastes más propios de laboratorios farmacéuticos, informa Servimedia.
Para dotarse de equipos casi científicos, con microscopios de gran alcance, técnicas de rayos X y capacidad para identificar determinados elementos químicos en el material, ha sacado a concurso la adjudicación de un contrato anual por valor de 110.000 euros (133.100 con IVA del 21%), prorrogable durante otro año. Su presupuesto subiría entonces a 266.200 euros con IVA incluido.
Tradicionalmente, buena parte de los esfuerzos para atajar las falsificaciones se han volcado en los billetes, ante el mayor interés que siempre ha despertado en las mafias especializadas en este tipo de fraudes hacer negocio con las grandes denominaciones de las divisas.
Desde el Banco de España explicaron a Servimedia que la inmensa mayoría de las imitaciones en moneda son descubiertas también con los sistemas de los que dispone el organismo, pero desde los últimos dos años y medio están reforzando dichos mecanismos para que nada escape tampoco en las monedas, por pequeño que sea su valor facial.
En términos relativos, la incidencia de las falsificaciones es ínfima. Según datos del Banco Central Europeo (BCE), el pasado año se retiraron de las calles 559.000 billetes de euros falsos, lo que supone un 0,7% menos que el año anterior, la menor cantidad desde 2012 y apenas un 0,0023% de los 24.000 millones de billetes que circulan de euros.
Son cifras del conjunto del Eurosistema y que revelan la preferencia de los estafadores por acuñar billetes de 20 euros y 50 euros, ya que ambas denominaciones representaban más del 70% de los billetes fraudulentos descubiertos. De los retirados, aquellos de 50 euros representaron otro 36,5% y solo un 2,4% fueron del tipo ‘Bin Laden’ o de 500 euros y el 1,4% de los billetes eran copias de los de 100 euros.
Sin embargo, el fraude no remite y las monedas cuentan con su propia cuota. Por un lado, la misma Guardia Civil y la Policía han alertado en numerosas ocasiones ante la picaresca de tratar de dar el cambiazo con divisas legales de mucho menos valor, pero apariencia similar como algunas denominaciones de la lira turca, los pesos argentinos o el rad sudafricano. Algunas tienen además pesos parecidos y permiten, por tanto, sacar un sueldo en las maquinarias de vending simplemente provocando su cambio a euros.
Por otro lado, y en materia estricta de falsificación la Fiscalía alertó recientemente de un auge en la distribución de moneda falsa a través de la llamada “Darknet” o red profunda, dificultando a los investigadores la identificación de los vendedores y compradores de moneda falsa. Son transacciones que se efectúan en intranets privadas como pueden ser las salas de chats o foros privados de discusión.
Según revela la Memoria de la Fiscalía correspondiente al 2019 publicada hace pocas semanas, España es uno de los países europeos en donde se detectan más monedas metálicas falsas, fundamentalmente de dos euros y un euro cuyo presunto origen sería China; y la divisa extranjera más falsificada que llega al país es el dólar americano y la libra esterlina, aunque “en cantidades muy bajas” frente a las de euro.
La Brigada de Investigación del Banco de España (BIBE), que es la unidad del Cuerpo Nacional de Policía especializada en actividades delictivas relacionadas con las monedas, detuvo precisamente el pasado año a 75 personas por delitos vinculados a la falsificación de moneda y billetes y en tarjetas de crédito.
