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El Banco de España ve “espacio” para mejorar la fiscalidad al ahorro para la jubilación y el atractivo comercial de esos productos

El director general de Economia y Estadísticas del Banco de España, Oscar Arce, afirmó este lunes que hay “espacio” tanto para mejorar la fiscalidad de los productos diseñados para acumular ahorro a largo plazo con vistas a la jubilación como para adaptar la propia oferta comercial a fin de hacerlos más atractivos sugiriendo reflexionar sobre su régimen de comisiones, informa Servimedia.

Según explicó durante un encuentro informativo organizado por la Fundación Edad & Vida, las actuales deducciones por aportaciones “se acaban concentrando en los declarantes con mayor nivel de renta” y “no tienen impacto significativo sobre nuevo ahorro”, sino que sus titulares “dejan de ahorrar en instrumentos con menos incentivos” para realizarlo en dichos productos.

El responsable del Banco de España reconoció que con los incentivos adecuados podría promoverse el ahorro a largo plazo para la jubilación de manera individual o en el seno de la empresa, pero alentó a proceder a un análisis previo, como ha hecho la Airef, ya que “no puede ser que algún instrumento de ahorro o inversión solo funcione porque tiene un incentivo fiscal”.

“Puede ser la guinda, un caramelo, para reforzar el sistema”, pero no el único inductor, agregó conminando en este punto a las entidades financieras a “hacer más atractivos” dichos productos: “También el sector tiene una responsabilidad directa” y hay un “potencial margen de mejora”. “No lo fiemos todo al ámbito fiscal. Tenemos que ver qué podemos hacer para poner sobre la mesa productos más atractivos y competitivos”, abundó.

Si bien admitió que “la presión a la baja de los tipos hace muy difícil conseguir rentabilidades” elevadas, señaló que “quizá en el tema de las comisiones puedan admitir algún grado de mejora”.

Durante su intervención explicó el desafío que plantean las jubilaciones a futuro por factores tan inevitables como una demografía que hace que mientras hoy hay 1 persona mayor de 65 años por cada tres trabajadores en activo, en el año 2050 la relación será de “una a dos personas o menos de dos”.

A su juicio, entre los elementos a los que merece la pena “dar una oportunidad a la reflexión” sobre “cómo operan” es a los productos que permiten licuar el patrimonio como pueden ser las hipotecas inversas y debería darse “entre todos: sector privado por supuesto, también autoridades reguladoras, supervisores”.

Quiso dejar claro que no alienta su contratación como sustitutivo a la prestación pública o para justificar la rebaja de la pensión, sino que cree que “se dan condiciones muy favorables” para favorecer su oferta para quienes deseen contratarlo, pero habría que revisar si su regulación es oportuna.

Según Arce, hay “margen” para ver “qué elementos impositivos o de la regulación prudencial pueden estar lastrando de manera inadecuada”, aunque algunos también condicionarán dichos productos “de manera adecuada”. “No descartaría que algunos productos requieran cierta reconsideración”, señaló, recordando que la ley de la hipoteca inversa, por ejemplo, data del año 2007 y puede estar superada en “algunas facetas” por desarrollos posteriores.

“En todo caso no todo puede depender de un incentivo fiscal. El incentivo fiscal puede ser un empujón de algunos productos, pero tienen que funcionar en ausencia de incentivos fiscales”, insistió, convencido de que tampoco habrá un “grandísimo” desarrollo de los productos que licuan patrimonio como ponen en evidencias mercados como EEUU o Reino Unido con larga trayectoria en su oferta.

Una de las razones que expuso es que ni todos los inmuebles son susceptibles de servir de colateral para dichos productos ni todos los mercados, ya que están más dirigidos a inmuebles en ciudades grandes y mercados dinámicos y líquidos.

 

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