El Banco de Japón (BoJ) ha decidido comenzar a retirar parcialmente los estímulos implementados en respuesta a la pandemia ante la mejoría de las condiciones financieras en el país, incluyendo la reducción de sus compras de deuda a partir de abril y el final de las ayudas a las grandes empresas, aunque mantendrá su política acomodaticia de tipos negativos.
De este modo, en su reunión de dos días que ha finalizado este viernes, la institución ha anunciado que a partir del próximo mes de abril reducirá el importe de sus compras de deuda corporativa y pagarés a los niveles anteriores a la pandemia.
Asimismo, el BoJ ha decidido extender por un periodo de seis meses, hasta el final de septiembre de 2022, su programa especial de apoyo a la financiación de las empresas en respuesta a la Covid-19, aunque, en este caso, estará enfocado hacia las pequeñas y medianas empresas.
Por otro lado, el BoJ ha decidido mantener su política monetaria, incluyendo un tipo de interés negativo del 0,1% en las cuentas mantenidas por las entidades en el Banco de Japón, así como la adquisición de deuda pública sin límites máximos para mantener en torno a cero el rendimiento del bono a 10 años.
Además, el instituto emisor japonés seguirá adelante con la compra de fondos cotizados (ETF) a un ritmo anual de 12 billones de yenes (93.110 millones de euros) durante el tiempo que sea necesario,
«Las condiciones financieras en Japón han mejorado en general, a pesar del persistente impacto continuado de la Covid-19 en las economías nacional y extranjeras», ha señalado la institución en un comunicado.
En cualquier caso, el Banco de Japón ha subrayado que seguirá de cerca el impacto de la Covid-19 y «no dudará en tomar medidas de relajación adicionales si es necesario».