Las cuentas de la empresa muestran que este resultado se debió a la caída de sus ingresos ordinarios que se redujeron en 16,3%, sitúandose en 1.161 millones de euros. Desde la empresa explican que el descenso de los ingresos se debió a factores «no recurrentes» tales como: la depreciación de dólar frente al euro y la ausencia de nuevos proyectos en 2017 debido al «retraso de adjudicaciones y cancelaciones de proyectos».

Pese al descenso, la empresa valora como positivo que las ventas se hayan situado en línea con las expectativas existentes, al estar los principales proyectos en ejecución en fase de ingeniería y construcción.

La cartera de proyectos a finales de marzo era de 9.700 millones de euros, un 5% inferior. La principal adjudicación incluida en la cartera del primer trimestre de 2018 fue el proyecto de la refinería de Bahrein para Bapco, valorado en 1.350 millones de dólares. Además, la empresa destacó tres adjudicaciones recientes correspondientes a proyectos importantes de diseño de ingeniería FEED (Front End Engineering and Design) en Rusia, Sudeste Asiático y Oriente Medio (Jordania).

El Consejero Delegado, Juan Lladó, se mostró optimista al señalar que 2018 es «un año  de lanzamiento de los proyectos ya firmados, por lo que hemos arrancado 2018 de manera sólida, pero a un ritmo lento». Destacó además que la empresa trabaja «intensamente para afrontar lo que puede ser la última etapa de la crisis del petróleo» lo cual, sumado a una mayor «cartera de oportunidades», garantizarían la salida de la empresa del «final de un largo túnel».