Jerome Raguso siempre ha vivido en la planta superior de la panadería familiar ubicada en la otra Pequeña Italia de Nueva York.
Atrás quedaron los días en que, junto con sus amigos, hacía fuego en un recipiente de basura metálico para asar carne o ponía la mesa en la acera para disfrutar de la pasta que preparaba su madre. Pero también han quedado atrás las pandillas, la violencia y las drogas que dieron a una estación policial local el apodo de “Fuerte apache”, recordado en una película de 1981.
El barrio más pobre de Nueva York apaga las brasas de la década de 1970, cuando los incendios intencionales eran tan habituales que “Arde el Bronx” se convirtió en una frase popular. El sur del Bronx ha cambiado: ahora se lo llama “SoBro” y cuenta con bares de sushi, lofts y hoteles boutique que atraen turistas europeos.
“El Bronx está en ascenso”, dijo Douglas Brookman, director de operaciones de Empire Hotel Group, que en 2013 inauguró un hotel en lo que era la vetusta Bronx Opera House, donde en su momento se presentaron los hermanos Marx y Harry Houdini. Ese ascenso va a ser arduo.
Casi el 30 por ciento de los 1,4 millones de habitantes del Bronx vive en o por debajo de la línea de pobreza. Si bien el desempleo de la zona, que fue de 9,3 por ciento en diciembre, derivó de la mayor declinación (1,3 puntos porcentuales) entre los distritos en 2014, siguió siendo el más alto y se compara en términos desfavorables con el índice de 6,4 por ciento de la ciudad. Entre 1990 y 2014 ocupó el último lugar en crecimiento del empleo -17,7 por ciento-, según el Departamento de Trabajo del estado.
Atractivo para inmigrantes
El Bronx, el distrito ubicado más al norte entre los cinco de la ciudad, sede del Yankee Stadium y del Zoológico del Bronx, albergó a una generación de hijos de clase media de inmigrantes a principios y mediados del siglo XX. Si bien los edificios de apartamentos Art Déco siguen bordeando los bulevares del Grand Concourse y Jerome Avenue, al barrio le costó recuperarse del alejamiento de la población blanca y la depredación subsiguiente.
“El mayor desafío es deshacerse del viejo prejuicio que la gente sigue teniendo respecto de la zona”, escribió en un correo electrónico Ruben Diaz Jr., el presidente del Distrito del Bronx.
En momentos en que Brooklyn y ahora Queens se aburguesan con rapidez, el Bronx persiste como destino de inmigrantes que llenan los deteriorados edificios que datan de la época de posguerra, como el ubicado en 1520 Sedgwick Ave., donde nació el hip hop. El español es la primera lengua de una mayoría latina. Lo que sigue atrayendo inmigrantes es el costo accesible de la vivienda sumado a la declinación de la delincuencia.
La mediana del precio de viviendas para entre una y tres familias y de los condominios era de alrededor de US$317.000 en los últimos tres meses de 2014, US$8.000 menos que hace 10 años, dijo Jonathan Miller, presidente de Miller Samuel Inc., un tasador de propiedades residenciales de Nueva York. La mediana de los precios de las viviendas aumentó en Brooklyn un 55 por ciento, a US$585.000, en el mismo período, dijo.
BLOOMBERG