El Pleno del Congreso de los Diputados debatió este martes la toma en consideración de la reforma del Impuesto de Sucesiones y Donaciones propuesta por Ciudadanos, sobre la que la mayoría de la Cámara se mostró en contra.
La proposición de ley de la formación naranja fue defendida por su líder, Albert Rivera, quien criticó la “situación caótica” que en su opinión existe en España por este tributo, al considerar que existe “desigualdad” en su aplicación por las diferencias existentes entre cada comunidad autónoma.
En este sentido, criticó al PSOE y al PP por dejar “no una España descentralizada, sino fragmentada” y reivindicó que gracias a la influencia de Ciudadanos, comunidades como Andalucía o Murcia han rebajado este impuesto. Además, destacó las renuncias de herencias que muchos ciudadanos realizan a causa del impuesto.
Por parte del PP, el diputado Tomás Javier Fole afirmó compartir “la filosofía” de la propuesta, pero criticó el “ansia de protagonismo” de Albert Rivera, señalando que se encuentra en año preelectoral y “hay que llamar la atención como sea”.
Así, denunció el “postureo fiscal” de Ciudadanos y señaló que el PP ya ha demostrado “con hechos” en muchas comunidades autónomas su postura sobre el impuesto, destacando su práctica eliminación en Madrid, o la gestión del mismo en Galicia y otras autonomías.
En cuanto al PSOE, la diputada Patricia Blanquer afirmó que la propuesta de Ciudadanos es “pura demagogia” y que “sólo consigue debilitar la conciencia fiscal de la ciudadanía”, mostrándose en contra de la reforma.
Blanquer defendió dotar al impuesto de mayor equidad en el conjunto nacional estableciendo unos mínimos para todas las comunidades autónomas, para así, “homogeneizar en la diversidad” y realizar una armonización fiscal que evite el ‘dumping’ entre comunidades y la elusión fiscal.
Sin embargo, aseguró que la propuesta de Ciudadanos “es una trampa”, al considerar que “su finalidad última es reducir el impuesto y acabar con él”. En este sentido, la diputada socialista defendió el carácter progresivo del impuesto y apuntó que su eliminación supondría reducir el Estado de bienestar. Además, tildó de falsas las afirmaciones sobre que el impuesto dé lugar a renuncias de herencias, ya que éstas existen también en aquellas comunidades donde el impuesto está bonificado.
Para Alberto Montero, diputado de Unidos Podemos, la proposición de Ciudadanos está “plagada de falsedades” y es “intolerable”, al opinar que su objetivo es “acabar con el impuesto”. El diputado reivindicó la existencia del Impuesto de Sucesiones como “instrumento fundamental para luchar contra las desigualdades y su transmisión entre generaciones” y destacó que existe en 27 de los países de la OCDE y que en aquellos que no lo tienen existe un mayor gravamen en el impuesto de patrimonio.
Montero también criticó el argumento esgrimido por Rivera de que el impuesto afecte a la clase media y trabajadora y aseguró que el principal motivo de las renuncias no es que no se pueda hacer frente al impuesto sino por las deudas que incluyen algunas herencias. En este mismo sentido, recordó que la media de renuncias en Madrid, donde el impuesto está bonificado al 99%, es la misma que a nivel nacional.
También se mostró en contra de la reforma del impuesto Joan Maragall, de ERC, quien acusó a Ciudadanos de “populismo” y de buscar la “recentralización y control total por parte del Estado” de este tributo.
En la misma línea se mostró Idoia Sagastizabal, del PNV, que recordó que su formación suele abstenerse en temas fiscales al contar el País Vasco con su propio sistema foral pero que en este caso iba a votar en contra porque la propuesta de Ciudadanos afectaría a sus competencias.
Además, Sagastizabal puso en valor la “función redistributiva” del impuesto y su aplicación progresiva, y aseguró que la regulación vasca “protege a las rentas medias y bajas”.
Por parte del PDECat, Ferran Bel declaró que a Ciudadanos “no le gustan las comunidades autónomas y que puedan legislar” y les acusó de pretender “una recentralización en todos los ámbitos, y esto simplemente es una excusa más”. “No se trata del impuesto de sucesiones y donaciones en unos límites u otros sino en quitar competencias a los parlamentos autonómicos, de los que ustedes están en contra”, afirmó.
En una línea similar se expresó Ignasi Candela, de Compromís, quien también anunció su voto en contra y criticó el ‘dumping’ fiscal promovido por Ciudadanos y PP, mientras que Isidro Martínez Oblanca, de Foro, declaró su voto a favor de la reforma para acabar con “la requisa socialista”, que en su opinión supone el impuesto.