El Pleno del Congreso de los Diputados rechazó este jueves las siete enmiendas a la totalidad que pedían la devolución del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021 y dejó despejado el camino de su tramitación y de la legislatura bajo el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos.
Tras el debate iniciado este miércoles con la defensa del proyecto de cuentas públicas por parte de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y las intervenciones de los portavoces de las formaciones que habían presentado enmiendas a la totalidad primero, y del resto de partidos que no se oponen a la tramitación de los Presupuestos después, la Cámara Baja rechazó este jueves por 198 votos en contra, 150 votos a favor y ninguna abstención las enmiendas de PP, Vox, Junts per Catalunya, BNG, CUP, Coalición Canaria y Foro Asturias.
El Gobierno afrontaba este debate con la confianza de contar con una mayoría parlamentaria favorable a tramitar unos nuevos Presupuestos que pongan fin a los todavía vigentes de 2018, elaborados por el ministro del PP Cristóbal Montoro, después de que en 2019 el Ejecutivo formado por el PSOE en solitario fracasara en la tramitación de un proyecto de cuentas públicas que en esa ocasión no logró superar el debate de totalidad.
Durante el debate desarrollado en estos dos días la ministra Montero utilizó el palo y la zanahoria para dirigirse a los portavoces del resto de grupos políticos en función de la posición expresada por cada uno de ellos sobre su disponibilidad o no a negociar los Presupuestos. El momento más tenso del debate llegó el miércoles en el intercambio con el líder del PP, Pablo Casado, a quien la ministra reprochó que vuelva a situarse junto a Vox y rechace negociar las cuentas públicas en un momento de emergencia como el planteado por la pandemia de Covid-19.
Asimismo, Montero denunció la nula aportación de Vox a la política española y recriminó al resto de formaciones que presentaron enmienda a la totalidad que prefieran que España siga con los Presupuestos de 2018, pese a los recursos que proporcionarán para luchar contra la crisis sanitaria y económica ocasionada por el coronavirus y a las inversiones que supondrán en sus respectivas comunidades autónomas.
Por el contrario, la titular de Hacienda ensalzó la “responsabilidad” y “altura de miras” del resto de formaciones que sí manifestaron su voluntad de facilitar la tramitación de las cuentas públicas y mejorarlas en el proceso de enmiendas al articulado. En este lado del debate, especialmente significativas fueron las interpelaciones de Montero a ERC y a Ciudadanos para agradecer su disposición pero, al mismo tiempo, pedirles que no se veten mutuamente y antepongan “el quién” apoya los Presupuesto a “el qué” se pacta.
ENMIENDAS AL ARTICULADO
Tras lograr sortear este obstáculo, el proyecto de cuentas públicas pasará ahora a la ponencia de la Comisión de Presupuestos, que tendrá hasta el 20 de noviembre para aprobar su informe sobre el proyecto para después ser debatido en Comisión junto a las enmiendas al articulado presentadas por los grupos, dando resultado a un dictamen cuyo límite de plazo de elaboración es el 27 de noviembre. Para ello, los grupos parlamentarios tienen hasta las 14.00 horas del 17 de noviembre para registrar sus enmiendas al articulado con las propuestas que plantearán al Gobierno a cambio de su apoyo al proyecto.
Para el proceso de negociación que determine qué enmiendas presentadas por los grupos parlamentarios se incorporan al proyecto y cuáles no, la ministra de Hacienda ha reiterado durante esta semana que, aunque está dispuesta a escuchar las propuestas de todas las formaciones, incluidos PP y Vox, el Gobierno dará prioridad a aquellas que no han obstaculizado la tramitación presupuestaria con enmiendas a la totalidad y que se mostraron abiertos a negociar.
Tras el trámite en Comisión, el dictamen será debatido en el Pleno cuya celebración está prevista entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, en el que se volverán a votar las enmiendas al articulado y las secciones que no hayan sido incorporadas en Comisión y que los grupos mantengan vivas. En dicho Pleno, aquellas enmiendas que consigan el apoyo de la mayoría de la Cámara serán incorporadas al proyecto, que será remitido al Senado para seguir con su tramitación en la Cámara Alta en el plazo máximo de un mes, durante la cual el proyecto puede ver incorporadas nuevas enmiendas.
En caso de ser así, el proyecto volvería después al Congreso para que el Pleno decida si aprueba o rechaza las modificaciones realizadas en el Senado, mientras que, si la Cámara Alta no llegase a incorporar ninguna enmienda, el proyecto de cuentas públicas quedaría aprobado de forma definitiva sin tener que volver a pasar por el Congreso. De esta forma, la previsión del Gobierno es que las cuentas públicas queden aprobadas definitivamente en las primeras semanas de enero.