El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China experimentó un brusco frenazo en el tercer trimestre del año, cuando la segunda mayor economía mundial limitó su expansión al 0,2% respecto de los tres meses anteriores, su segundo peor dato desde que en 2010 comenzó a publicarse información trimestral, lastrada por la crisis de los precios de la energía y la incertidumbre sobre la solvencia del sector inmobiliario, cuyo mayor exponente es la promotora Evergrande.
De este modo, el PIB de China llegó a bordear el estancamiento entre julio y septiembre, una vez superado el rebote pospandemia, después de crecer un 1,3% trimestral en el segundo trimestre y un 0,6% en los tres primeros meses del año, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de China.
En comparación con el tercer trimestre de 2020, el PIB de China registró un crecimiento interanual del 4,9% entre julio y septiembre, por debajo del 7,9% del segundo trimestre y lejos del 18,3% interanual correspondiente a los primeros tres meses del año.
«La economía nacional mantuvo su recuperación y desarrollo con todos los principales indicadores macroeconómicos cayendo en un rango razonable», indicó la oficina estadística china, que destacó la situación social «armoniosa», con empleo generalmente estable, mayores ingresos de los residentes y pagos internacionales equilibrados.
De este modo, en los nueve primeros meses de 2021 la economía china alcanzó los 82,31 billones de yuanes (11 billones de euros), lo que corresponde a un crecimiento del 9,8% respecto del mismo periodo de 2020 y del 5,2% de media en los dos últimos años.
Atendiendo a los diferentes sectores económicos, en los nueve primeros meses el sector primario creció un 7,4% interanual, con un promedio del 4,8% en dos años, mientras que la industria se expandió un 10,6% interanual y un 5,7% de media en dos años. De su lado, el PIB del sector servicios aumentó un 9,5% en los nueve primeros meses de 2021 y un promedio del 4,9% en dos años.
«Esperamos que el crecimiento del PIB se desacelere significativamente en el cuarto trimestre, en gran parte debido a la debilidad inmobiliaria», advirtió Tommy Wu, analista de Oxford Economics, para quien, si bien es poco probable que los problemas de Evergrande desencadenen un ‘momento Lehman’, se prevé que empeoren la desaceleración del sector inmobiliario.
En respuesta a esta desaceleración, el experto considera probable que los responsables de la formulación de políticas tomarán más medidas para apuntalar el crecimiento, incluida la garantía de una amplia liquidez en el mercado interbancario, la aceleración del desarrollo de infraestructuras y la relajación de algunos aspectos de las políticas generales de crédito e inmobiliarias.
De su lado, desde Capital Economics el analista Julian Evans-Pritchard señala que el desglose de los datos del PIB muestra una desaceleración en las tres partes clave de la economía: industria, construcción y servicios.
«Por ahora, el golpe de la profundización de la recesión inmobiliaria está siendo suavizado por unas exportaciones muy fuertes, pero durante el próximo año, es probable que la demanda externa retroceda a medida que los patrones de consumo global se normalicen después de la pandemia y los pedidos atrasados se eliminen gradualmente», advierte el experto.