El mercado laboral es uno de los aspectos que más preocupa a la población, exactamente al 77,9 por ciento según el CIS. Los índices continúan siendo elevados, pero seguirán reduciéndose a paso moderado hasta situarse ligeramente por encima del 18 por ciento a finales de 2017, según el Informe Trimestral de Economía publicado por Banco de España.
El empleo seguirá creciendo a tasas elevadas en relación al crecimiento del producto, todo ello en un entorno en el que los costes laborales aumentarían de forma moderada. Crecimiento este a pesar de la desaceleración del crecimiento económico, el cual Banco de España ha revisado a la baja. La entidad que preside Luis María Linde manifiesta que el PIB crecerá a un ritmo del 2,7 por ciento este año y al 2,3 por ciento en 2017 debido a los bajos precios del petróleo, el tono expansivo de la política monetaria, la recuperación de los mercados de exportación y el buen comportamiento del mercado de trabajo.
Una desaceleración que comenzaría a notarse en este primer trimestre del año, en el cual el avance de la actividad económica se desaceleró una décima respecto al trimestre anterior hasta el 0,7 por ciento. La misma cuantía que los precios de consumo, que según Banco de España retrocederán una décima en el promedio anual de 2017 y continuará hasta situarse en los 1,6 puntos porcentuales. Todo ello ocasionado por los bajos precios del petróleo porque el ritmo de avance del IPSEBENE – que excluye los precios de los bienes energéticos y alimentos no elaborados – registrará un moderado repunte.
La tasa de inflación también será revisada a la baja, ocho décimas exactamente, debido a la apreciación de tipo de cambio efectivo del euro, el descenso de las cotizaciones bursátiles en línea con el reciente desarrollo de estos mercados y la desaceleración del crecimiento mundial.
Producto apoyado en el mercado nacional
La expansión del producto seguirá apoyándose en el mercado nacional, como viene ocurriendo desde que se inició la recuperación. Asimismo, los hogares mantendrán un ritmo elevado apoyado en la evolución del empleo y la caída del precio del petróleo. El comportamiento contrario protagonizará la inversión empresarial. Se desacelerará por el debilitamiento de mercados exteriores y el fortalecimiento del euro.
Por su parte, la demanda de las Administraciones Públicas moderará su crecimiento – de acuerdo con los planes presupuestarios –, en contraste con el elevado incremento de 2015.
Aun con todo, el panorama exterior continuará siendo favorable. Las exportaciones seguirán creciendo más que los propios mercados y el avance de las importaciones vendrá determinado por la evolución de la demanda final.
Provisiones favorables pero con riesgo
Los riesgos continúan presentes en el panorama económico mundial, y principalmente en el español. Aún con todo, las proyecciones son favorables. Entre estos riesgos se encuentran el debilitamiento del crecimiento mundial y, concretamente, la fragilidad de los mercados emergentes y las tensiones geopolíticas, aunque la que más afecta a la economía española continúa siendo la incertidumbre política.