Asufin ha cifrado en un 39,5% la caída del número de empleados registrada en el sector bancario desde 2008 hasta 2021, en un 54,2% el descenso en el número de oficinas y en un 22,1% en el número de cajeros.
La asociación ha señalado que el impacto de la reestructuración que ha venido realizando el sector en los últimos años «se traduce en un descenso drástico de todos los elementos relacionados con la atención personalizada al usuario».
En relación con los datos de población en España, «ligeramente superiores en estos momentos», en 2008 cada oficina bancaria en España daba cobertura a «algo más de 1.000 personas», mientras que en 2021, la ratio ascendería a 2.200 personas por oficina. En cuanto a los cajeros, en 2008 cada unidad daba servicio a 741 personas, frente a las 970 personas que abarca cada cajero en 2021.
Por otro lado, el descenso en el número de empleados en 2021 fue del 6,4%, «tras destruirse de forma estimada algo más de 11.000 empleos, cifra que se espera se repita en 2022», señala Asufin.
De esta forma, se ha pasado de 270.855 empleados en 2008 a 164.000 empleados en 2021, 106.855 trabajadores menos, lo que en términos relativos se traduce en una caída del 39,5%, según las estimaciones realizadas por Asufin.
Para el número de oficinas, la asociación afirma que se ha producido una caída del 7,5% en un año, pasando de 22.589 sucursales en 2020 a 20.904 en 2021. Con respecto a los máximos registrados en 2008, de 45.662 oficinas, el descenso habría sido del 54,2%.
Con respecto a los cajeros, si bien su número se mantuvo estable entre 2015 y 2019, «incluso crecieron, compensando la bajada de oficinas», en los dos últimos años habrían acelerado su caída, pasando de 49.841 unidades en 2020, a 48.081 unidades en 2021, es decir, un 3,5% menos.
La caída en comparación con los máximos de 2008, cuando se alcanzaron los 61.714 cajeros, ha sido del 22,1%, según las estimaciones de Asufin.
La presidenta de Asufin, Patricia Suárez, ha señalado que el sector bancario «sigue instalado en una actitud negacionista del problema que no contribuye a solucionarlo».
«Es evidente que muchas capas de la sociedad encuentran barreras claras de acceso al servicio bancario y que la transición a la digitalización no se está realizando con el debido cuidado por la inclusión de todos los sectores», ha asegurado Suárez.
Por ello, la asociación pide «empatía y mayores esfuerzos» con el objetivo de conseguir que la sociedad «no sufra de manera drástica la reestructuración de un sector que, aún sometido a las tensiones de búsqueda de rentabilidad, como tantos otros, se distingue por su carácter esencial y básico».
Asimismo, solicita a las administraciones públicas competentes en la materia que se «involucren» en esta problemática. «De nada sirve afear conductas cuando se tienen obligaciones como servidores públicos para legislar y poner coto a esta situación», concluye.