El indicador de estrés de los mercados financieros españoles se mantuvo bajo en el arranque de 2024 pese a los altibajos y en línea con la senda descendente que se viene produciendo desde finales de 2022, según ha informado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este lunes.
El supervisor bursátil ha concretado que durante el periodo analizado en 2024 el estrés se ha situado en el régimen bajo (por debajo de 0,27), mostrando un mínimo de 0,14 a finales de febrero, si bien experimentó luego un leve repunte hasta 0,20 a principios de abril.
La CNMV ha extrapolado que el nivel de estrés observado en los mercados financieros domésticos es similar al que proporcionan otros indicadores de naturaleza similar a este para otras áreas geográficas, tales como el de la eurozona o el estadounidense.
Sobre las causas de estos niveles bajos, apunta en el boletín semestral que se explica por la recuperación de los precios de los activos, el mantenimiento de la mayor parte de los indicadores de volatilidad en niveles bajos, la evolución positiva de las condiciones de liquidez en el mercado y, finalmente, la contención de las primas de riesgo.
Con todo, la CNMV ha destacado que los niveles de estrés más elevados se encuentran en los dos segmentos relacionados con la renta fija: los mercados monetarios y el mercado de deuda.
Están mostrando desde hace meses, según el supervisor, niveles de estrés «algo superiores» a los del resto de los sectores, al verse más afectados por las decisiones de los bancos centrales sobre los tipos de interés y los cambios en las expectativas sobre estos, elementos que acaban dando lugar a aumentos transitorios en las medidas de volatilidad de diferentes indicadores de rendimiento.
De su lado, el supervisor ha puesto a su vez el foco en la disminución del estrés en el sector de los intermediarios financieros (uno de los más importantes y que está compuesto fundamentalmente por bancos) debido sobre todo a la recuperación de las cotizaciones de las compañías.
Esta tendencia se ha revertido ligeramente en los últimos días del análisis (que llega hasta principios de abril), al igual que en otros sectores, por un leve aumento de la volatilidad de los precios de los activos, como el petróleo, afectado por la tensión geopolítica en Oriente Medio.
El supervisor de los mercados ha explicado que el año ha comenzado con revalorizaciones de cierta intensidad, manteniendo la tendencia observada en 2023, en un marco de baja volatilidad.
En ese sentido, la CNMV ha profundizado que el avance de la mayor parte de las cotizaciones responde a la evolución de la actividad económica, que, en algunos casos, no ha sido tan desfavorable como se pensaba hace unos meses, y a las expectativas, a veces cambiantes, sobre el momento de los primeros movimientos a la baja en los tipos de interés oficiales.
Por otra parte, la CNMV ha puesto la vista en que una parte de los analistas de los mercados apunta a un posible desajuste entre algunas valoraciones y los fundamentos económicos, si bien este desajuste solo sería apreciable en algunas áreas económicas, como Estados Unidos, por ejemplo.
Así, en los mercados bursátiles, el Ibex 35 cerró el primer trimestre de 2024 con un alza del 9,6%, situándose en el rango medio del resgo de índices europeos, cuyos incrementos oscilaron entre el 2,8% del FTSE 100 británico y el 14,5% del FTSE MIB italiano.
«Los avances de los índices europeos, tras un inicio de trimestre discreto, fueron algo superiores [a los estadounidenses], ante la perspectiva de que el BCE pudiera adelantar las primeras bajadas de tipos», ha afirmado la CNMV.
La contratación de valores españoles en el primer trimestre creció respecto a los tres últimos trimestres, aunque retrocedió en términos interanuales (-9,4%).
Los mercados primarios muestran una actividad muy reducida y el nivel de estrés estimado para el conjunto de los mercados (0,20) se sitúa en riesgo bajo como consecuencia de los bajos niveles de volatilidad y del buen comportamiento de las primas de riesgo y de la liquidez, así como del mantenimiento de los precios.
En los mercados de renta fija, los rendimientos de los activos de deuda mostraron, en términos generales aumentos que, en el caso de la deuda pública a 10 años, fueron de 15 puntos básicos, hasta el 3,15%.
El patrimonio de los fondos de inversión registrados en España, que experimentó un retroceso importante en 2022, volvió a crecer con fuerza en 2023, con un avance del 13,4%, lo que lo situó en 353.260 millones de euros a finales de año.
Este aumento patrimonial se explica tanto por la revalorización de la cartera de inversiones, que tuvo una rentabilidad media ponderada del 7,6% en el conjunto del ejercicio, como por las nuevas entradas de recursos –la mayoría en dirección a la renta fija–, que ascendieron a 18.000 millones de euros.
En el ámbito de la prestación de servicios de inversión, a pesar de que las entidades de crédito siguieron siendo las principales proveedoras de estos servicios (recibieron el 87% de los ingresos en 2023), el resto de las entidades mostraron avances considerables en algunas líneas de negocio y en los beneficios agregados, según ha destacado la CNMV.
El número de SAV (sociedades y agencias de valores) se incrementó en 2023 hasta 99 (cuatro más), la mayor parte de ellas independientes y relacionadas con entidades no bancarias, en tanto que el beneficio conjunto antes de impuestos de estas entidades en el ejercicio fue de 128,4 millones de euros, un 17,5 % más.
En el caso de las empresas de asesoramiento financiero, cuyo número permaneció en 143, se observó un descenso del patrimonio asesorado (-15,1%), pero un fuerte avance de los beneficios (de 2,6 millones a 4,7 millones) debido a la contracción de los gastos.