El 38% del transporte público urbano utiliza gas natural, el 37% utiliza diésel y los autobuses híbridos representan el 11,4%, según un estudio elaborado por la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (Atuc).
Esto, a juicio de Atuc, muestra una «mejora notable» en la tecnología del motor y en el tipo de combustible con respecto a los años anteriores, en una «clara apuesta» por las energías más limpias, si bien la asociación recuerda que, por su propia definición, el transporte público siempre es un modo «limpio», independientemente de la propulsión que utilice.
Además, según destaca el informe, entre 2013 y 2020 la longitud de líneas de autobuses en las áreas metropolitanas aumentó un 19,2% y la longitud de red ferroviaria creció en el mismo periodo un 13,1%. En este sentido, la ciudad que cuenta con mayor longitud de carriles bus es Barcelona (212 kilómetros), con un incremento de 21 kilómetros respecto año anterior, seguido por Madrid (145 kilómetros), Valencia (90) y Sevilla (47).
Por otra parte, destaca el amplio apoyo de la ciudadanía a los
modos verdaderamente sostenibles (transporte público, bicicleta y caminar) frente a los modos privados motorizados (coche y moto). En Madrid, por ejemplo, la cuota de transporte público fue en 2019, año que analiza el informe, de un 34,4%, frente al 25,4% del privado motorizado, mientras que en Barcelona el coche y la moto apenas representaron un 15,4%, frente al 83,6% que suman los modos sostenibles.
Asimismo, según el Observatorio de Movilidad Metropolitana, en 2019 se invirtieron 756 millones de euros, de los cuales el 72% se ha
dedicado para infraestructura (nueva o mejora de la existente) y el 28% a la adquisición de nuevo material móvil. De este modo, se constata un incremento en la inversión respecto al año 2018 que fue de 114 millones de euros, de los que un 11% se destinó a infraestructura, frente a un 88% de inversión en la adquisición de nuevo material móvil.
Por ello, Atuc ha reclamado una mayor inversión en infraestructuras destinadas a potenciar la verdadera movilidad sostenible, de manera que se avance para diseñar ciudades «con aire más limpio, menos ruidos y con una mejor gestión del espacio público».
«Teniendo en cuenta que el servicio que prestan nuestras empresas es básico, un servicio público fundamental encargado de garantizar la movilidad de las personas, consideramos necesario mantener este compromiso y seguir aumentando la inversión para conseguir ciudades más sostenibles», ha señalado Jesús Herrero, secretario general de Atuc.
Por último, desde Atuc han analizado los intervalos medios de espera. En este caso, son menores en las redes urbanas, especialmente en las redes de metro y tranvía, en la mayoría de los casos
con intervalos inferiores a los 10 minutos. Las redes de autobús urbano cuentan con intervalos medios entre 10 y 20 minutos, con excepciones como Madrid, Sevilla, Málaga y Lleida, cuyos intervalos medios se encuentran entre los 8 y los 9 minutos.