El Gobierno ahorra más de 12.000 millones de euros por el ‘crack’ del crudo

La coyuntura de bajos precios del petróleo permitirá reducir el déficit una décima

La contabilidad es una ciencia exacta, no así las previsiones. Por ello todo buen contable que se precie además de registrar un apunte destinado a «imprevistos» debe hacer las cuentas del año tirando por lo alto y según las realidades del momento.

Así el equipo de economistas y expertos que lidera el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, artífice de los Presupuestos Generales de 2015, calcularon que España pagaría el barril de Brent a 104,1 dólares (79,5 euros). Se equivocaron.

El ‘crack’ del crudo, cuyo precio marcaba la pasada jornada mínimos desconocidos desde 2009 (por debajo de los 37 dólares), ha permitido al Gobierno de Mariano Rajoy reducir el gasto por esta partida entre 10.000 y 12.000 millones de euros en lo que va de 2015. Cifra que ponía en valor ayer por la mañana el ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, antes de participar en el homenaje con motivo del décimo aniversario del fallecimiento del profesor del IESE Business School, Rafael Termes, y de la que afirmaba podría ser «incluso más» al cierre del año.

La suerte de esta coyuntura va aún más allá, y es que fruto de esta inesperada hucha el Ejecutivo está una décima más cerca de cumplir con el objetivo del 4,2 por ciento de déficit comprometido con Bruselas.

Cifras que no parecen descabelladas a ojos de algunos expertos. Para Kamal Romero, economista y profesor de Macroeconomía de la Universidad Cisneros «no parece descabellada» aunque precisa que sería necesario conocer más detalles respecto a si ésto se corresponde con «ahorros netos». Es decir, si se ha tenido en cuenta los efectos que se han producido sobre la recaudación, tanto la pérdida de ingresos por impuestos medioambientales como el incremento que se haya podido generar por el «efecto consumo».

Por otra parte De Guindos destacó que los bajos precios del crudo, además de haberse convertido en un indicador claro de que «el ciclo de evolución de las materias primas se ha ralentizado», suponen «buenas noticias para la economía española», especialmente por lo que respecta a la «mejora de la renta disponible de los ciudadanos» que han visto un soplo de aire fresco en sus bolsillos dada la evolución del IPC a tasas negativas.

Pese al indudable ahorro en las familias y lo positivo que supone en la dinamización del consumo privado el impacto que está teniendo sobre la inflación «va contracorriente y dificulta la puesta en marcha de las políticas del BCE (Banco Central Europeo)» cuyo objetivo es incrementar la inflación hasta el 2 por ciento.

¿Hasta cuándo?

De alargarse esta situación de bajos precios la partida de gastos del Estado habrá errado también el año próximo ya que las cuentas para 2016 recogen una media de gasto por barril de 68,8 dólares (62,5 euros). Y todo apunta a que «así será a medio plazo», asegura Romero, quien vaticina que no será hasta «pasados como poco 6 meses» cuando el petróleo vuelva a ver su valor incrementado y «no creo que más allá de los 42 – 45 euros».

La opinión del profesor Romero tiene su base en que «mientras la economía no termine de arrancar, los saudíes no van a disminuir los niveles actuales». Y ciertamente las incertidumbres de los pobres crecimientos de las economías estadounidense (2,8 por ciento), europea (1,6 por ciento) y asiáticas (Japón 1,1 por ciento y China en el entorno del 7 por ciento) así como la desaceleración de los emergentes en su conjunto (4,5 por ciento) hacen previsible la estabilización de los precios en los márgenes actuales.

En este sentido no hemos de olvidar que la monarquía saudí de Salmán bin Abdulaziz es la única que puede «incrementar o disminuir su producción discrecionalmente».

Por otro lado y entre las causas a las que apunta el economista para justificar la posición de relativa comodidad de Arabia Saudí, país al que «no le interesa que suban los precios del petróleo ya que puede sobrevivir con precios bajos, incluso de hasta 20 dólares por barril» confluyen dos claros objetivos, el boicot al fracking y frenar la entrada del millón de barriles procedentes de Irán en el mercado.